University of Pittsburgh

Julio Woscoboinik
El alma de "El Aleph". 
Nuevos aportes a la indagación psicoanalítica de la obra de J. L. Borges  

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A MANERA DE EPíLOGO

 

 

La conciencia reina pero no gobierna.
P.Valery

 

LA OTRA ESCENA


En uno de los cuadernos de notas de Chejov se halló esta brevísima an écdota: "Un hombre en Montecarlo gana un millón. Vuelve a su casa, se suicida". Contra lo previsible y convencional, la intriga se plantea como una paradoja. La an écdota tiende a desvincular una historia de juego y la otra, de suicidio.

Esta escisión es la clave para comprender un cuento, o tantos relatos de vida, que leemos o escuchamos en nuestros consultorios. Siempre existen dos historias: la que se cuenta y la que se oculta. (1)

Freud descubre en la tragedia griega de Sófocles, y en ese obseso de la verdad que fue Edipo, lo que llegará a ser su hallazgo n úclear: el complejo de Edipo.

Debemos conquistar la verdad mediante conjeturas o no la conquistaremos de ning ún modo, escribe Peirce.

El psiconálisis clínico tiene como objetivo el cambio, la cura del paciente. Cuando nosotros nos aplicamos a analizar la poesía, o los textos de Borges no nos guía obviamente esa inquietud. Lo que tratamos es de reconocer esa otra escena, la de la fantasmática inconsciente, y ver cuánto de ella se refleja en el estilo y en la obra.

Somos investigadores de laboratorio. Servimos al descubrimiento, a la teoría, al aprendizaje. La obra nos enriquece. Ella tambi én acrecienta su valor a la luz de las diversas lecturas interpretativas: literarias, filosóficas, psicoanáliticas.(2)

 

LA CREATIVIDAD


"Lo abarca todo" fu é la respuesta genuina, pero un tanto esc éptica de Piaget, cuando Gruber, su discípulo, le manifestó el deseo de investigar la creatividad.

En la encrucijada dial éctica de creación-destrucción, espermatozoide y óvulo se inmolan en una nueva vida. El escultor "agrede" la roca para darle forma.

En Caín de Byron, Caín pregunta a Lucifer por la esencia de la muerte:

-Preg úntale al destructor-responde el diablo.

- ¿A qui én? inquiere asombrado Caín.

-Al Creador-responde Lucifer-pues ambas cosas son la misma.

La creatividad es el producto "inesperado", de una larga b úsqueda.

Intentamos recorrer algunos de los senderos de esa intensa b úsqueda que nos acerca a la esencia del Aletheia: del des-cubrir, descorrer los velos de lo oculto, de la verdad.

 

SCHERLOK HOLMES


Una serie de sutiles detalles adquirían, ante los ojos de Scherlok Holmes, una luminosidad que se le escapaba a Watson.

El creador de estos personajes fue Sir Arthur Conan Doyle, un m édico dedicado a la investigación de la química, que aplicó lo de ojo clínico a la ficción detectivesca. De estudiante estaba impresionado por la habilidad de su profesor para hacer diagnósticos de enfermedad y de personalidad del paciente, solo por la observación y la anamnesis. A su vez, uno de sus profesores recordaría a Conan Doyle como de gran talento para la observación, portentosa memoria e imaginación.

En su tarea cobraban relevancia los detalles más insignificantes, aquellos que por obvios, suelen pasar inadvertidos. En "The blue carbuncle", Holmes pide a Watson que examine un sombrero para identificar al hombre que lo llevaba. "No consigo ver nada", fue la respuesta. "Al contrario -le dice Holmes- Ud. lo ve todo. Le falta sin embargo, razonar sobre lo que ve. Es demasiado tímido al hacer sus inferencias."

La timidez, los prejuicios y la verg üenza son barreras superyoicas que bloquean la libertad de imaginar, de volar, de "delirar".

 

OBSERVAR, OBSERVAR, OBSERVAR


Freud aprende de Charcot: observar, observar, hasta que el conocimiento asome a la conciencia. Acostumbraba a ver y rever detenidamente las cosas, una y otra vez, hasta el momento en que, de pronto, las comprendía. Charcot solía repetir que la mayor satisfacción de un hombre era poder vislumbrar lo nuevo en lo conocido, y reconocerlo como tal.

En 1889, tres años más tarde, Freud visita a Bernheim en la Facultad de Nancy y tambi én allí observa la labor, realmente conmovedora, de éste y de Liebeault. La hipnosis le hace pensar en la existencia de poderosos procesos psíquicos que se desenvuelven ocultos a la conciencia.

Charcot, Bernheim y luego Breuer. Anna O. sorprenderá a Breuer y a Freud con sus estados hipnoides, que le permiten resolver los síntomas que padece en vigilia. Perspicaz, fue ella quien define ese tratamiento como cura por la palabra y limpieza de chimenea.

Justamente, Watson comentaba en uno de los cuentos que, cuando vió a Holmes tan concentrado en la m úsica, en ese estado de ensoñación, presintió que ya estaba sobre la pista...Cuando alg ún enigma nos atrapa, la mente sigue trabajando como en atención flotante.

Precisamente, las dificultades de Freud como hipnotizador se constituirán en obstáculo creador. Descubre entonces la libre asociación de ideas y especularmente plantea, para el psicoanalista, la necesidad de la atención flotante.

Tendríamos que coincidir con Umberto Eco cuando dice que la creatividad se produce frente a un obstáculo. ¿Se trataría entonces de una coartada de la inteligencia, casi como un by pass ?

 

"UNA OSCURA INTUICIóN"


Freud confiesa haber llegado a la 'libre asociación de ideas' por una oscura intuición. En realidad, fue producto inconsciente de una reminiscencia. él había guardado desde los 14 años las Obras Completas de Ludwig B"örne, escritor a quien admiraba y de quien leyó : El arte de convertirse en un escritor original en tres días: "Tome hojas de papel y durante tres días sucesivos escriba, sin falsedad ni hipocresía de ninguna clase, todo lo que le venga a la cabeza. Escriba lo que opina de sí mismo, de sus mayores, de la guerra de Turquía, de Goethe, del proceso criminal de Fonk, del Juicio Final, de todos aquellos que tienen más autoridad que usted... y cuando hayan pasado esos tres días Ud. quedará pasmado ante el reguero de novedosos y asombrosos pensamientos que han brotado en su mente".

La severa censura superyoica logra ser eludida. Así nacen los sueños, con sus personajes, disfraces y disimulos. Cuando el cuerpo descansa, el alma juega, decía Petronio del soñar. El trabajo del sueño guarda preciosos instrumentos para lograr tan singular puesta en escena. Entre estos, especialmente la condensación y el desplazamiento: metáfora y metonimia, como figuras retóricas.

 

AUDAZMENTE L úDICAS


En una carta a Ferenczi del 8-4-1915, Freud explica los mecanismos de su creatividad científica: "sucesión de fantasías audazmente l údicas y una crítica realista e implacable". La respuesta de Ferenczi no se conoce, pero Bergmann la supone: "Máxima fascinación con los detalles clínicos, que proporcionan la materia prima para audaces especulaciones".(3)

Permitirse jugar, liberar ese albergue de fantasias reprimidas, ese íntimo laberinto de duendes y de magia. La creación es el lugar y el tiempo del desprendimiento, señala Winnicot. Espacio de transición, fort-da, elaborativo de la ausencia. Bion hablará de tolerancia al no saber, a la incertidumbre hacia lo desconocido.

Para el analista creador, es necesario algo más que atención flotante: una mente flotante y abierta y una atención sin memoria y sin deseo. De esta forma, logrará una captación sensorial, casi subliminal, intuitiva y llegará así al ¡eureka! del hallazgo. Sin memoria para neutralizar los prejuicios y sin deseo, por la interferencia que supone.

 

IOVANNI MORELLI, EL VALOR DEL DETALLE


Entre 1874 y 1876 apareció en Alemania una serie de artículos sobre pintura italiana, dedicados a estudiar una metodología para la correcta atribución de las obras de viejos maestros.

"Dios se oculta en los detalles" decía Flaubert. En los detalles menores, en los menos significativos, allí precisamente, Morelli, un investigador de arte, encontrará el estilo típico del pintor y de su escuela. Es la mirada que privilegia el lóbulo de la oreja, las uñas, la forma de los dedos de la mano y del pie, una imperceptible postura. La propuesta de estudiar detalles, en apariencia irrelevantes, como indicios reveladores, proporciona la clave para acceder a la verdad.

Es de señalar la coincidencia, para nada aleatoria, que Freud, m édico, se ocupara de los síntomas; Morelli, licenciado en medicina, de los rasgos pictóricos; Conan Doyle, m édico, de las pistas e indicios detectivescos. Su profesión los animaba en la tradición hipocrática de valoración de signos.

Freud conoció, ya en su etapa pre-analítica, los trabajos de Morelli, cuando éste firmaba con el seudónimo de Ivan Lermolieff.(4) En el segundo parágrafo de El Mois és de Miguel Angel, le dedica estas palabras de reconocimiento: "Creo que su m étodo está estrechamente emparentado con la t écnica del psicoanálisis m édico. Tambi én éste suele penetrar en cosas secretas, ocultas, basándose en elementos poco apreciados o inadvertidos para nuestra observación".

En la lucha por su subsistencia, el hombre, que durante miles de años vivió de la caza, tuvo que descifrar aquellos indicios que le llevaban a la presa. Huellas, ramas, excrementos, pelos, plumas, olores, etc étera.

La b úsqueda de indicios será tambi én paradigmática de todo proceso psicoanalítico. Esto constituye lo fascinante de nuestra tarea, la que enmarca este libro y todas las investigaciones de un psicoanalista.(*)

 

ISIDRO PARODI, EL DETECTIVE PRESO


Isidro Parodi es producto de la imaginación oximorónica de Borges, esta vez en colaboración con Bioy. En una excesiva y agotadora exposición de despropósitos y tics lunfardistas, Bustos Domecq ("Biorges") escribe una parodia de novela policial, con una especial caricatura de la intelectualidad porteña de los años 40.

Trata de un detective preso que, desde la inmovilidad y el encierro de una celda, atiende y descubre los delitos cometidos afuera. Los personajes acuden en pintoresco tropel, a la celda 273. Parodi había sido injustamente acusado de un asesinato que no cometió, y debe purgar 21 años de cárcel. Un ejemplo de b úsqueda de indicios es que el n úmero de celda, nos remitió al personaje de la noche 273 de Las Mil y una noches. Aquí tambi én se trataba de un barbero. Claro, el de Parodi habitaba el Barrio Sur.

Los seis poblemas que resuelve Parodi, así como otros cuentos de Borges -"La muerte y la br újula", entre ellos- ejemplifican ese arte de la inferencia que Peirce llamó abducción.

 

LA ABDUCCIóN


Charles Sanders Peirce, polifac ético investigador norteamericano del siglo XlX -matemático, semiólogo, astrónomo, químico, sociólogo- indaga los pasos inferenciales del proceso cognoscitivo.

En el canevá del razonar se entretejen inferencias deductivas e inductivas. Peirce agrega las abductivas. él mismo las diferencia así: "la deducción, depende de nuestra confianza en la habilidad de analizar el significado de los signos, con los cuales, o por medio de los cuales pensamos. La inducción, depende de nuestra confianza en que el curso de un tipo de experiencia no se modifique o cese, sin alguna indicación previa. La abducción, depende de nuestra esperanza de adivinar, tarde o temprano, las condiciones bajo las cuales aparecerá un tipo determinado de fenómeno".(5)

La abducción es definida como hipótesis, conjetura intuitiva o retroducción. En ingl és, llamativamente, significa "rapto", "secuestro". Se entiende como "tomar prestado" una hipótesis de otro campo, razonar por analogía. Y retroducción ¿porqu é? Podríamos metafóricamente explicarlo así: el metódo hipot ético-deductivo es como argumentar a partir de las primeras líneas de una página hacia abajo. En tanto la abducción es como hacerlo desde las últimas líneas hacia arriba.

Precisamente, es como entendemos la investigación psicoanalítica. Como Sherlok Holmes, Isidro Parodi o Dupin, el psicoanalista busca los indicios necesarios para acercarse y poder descubrir la verdad.

 

EL OTRO EN NOSOTROS


Isidro Parodi logra sus éxitos porque sabe ponerse en el lugar del delicuente, y desde aquí, conocer qu é o qui énes manejan sus pasos. En las seis historias descubre que sus clientes sufren siempre una secuencia de acontecimientos "proyectados por otra mente". Umberto Eco, repara en esto y señala que Parodi encuentra "que eran personajes inconscientes de un drama escrito por alg ún otro". Don Isidro descubre la verdad porque tanto él, con su f értil mente, como los sujetos de su investigación, proceden de acuerdo con las mismas leyes de la ficción. (6)

Desde una óptica filosófica, Eco lo interpreta como "un mecanismo de la conjetura, en un universo spinoziano enfermo". Desde nuestro punto de vista, ese alg ún otro autor del drama que los personajes juegan, inconscientes, está en la genealogía venerada y real que dirige el destino. Desde el narcisismo primario. Desde los mandatos del Ideal del yo. En "La muerte y la br újula", el asesino intuye cuál es el proceso de pensamiento de Lönrot, el detective, y lo esperará en Triste le Roy para acabar con él.

 

EL SIGNO DE LOS TRES


El tres es, desde siempre y desde muchas religiones, un n úmero clave. Ya hicimos algunas consideraciones al hablar de "El Aleph" y la Santísima Trinidad.

Peirce es tambi én recordado por su triadomanía. En 1857, siguiendo a Kant y a Hegel (tesis/antítesis/síntesis) y con el propósito filosófico de alcanzar la universalidad y comprender el mundo, se encontró inmerso en vastas clasificaciones en base a tres. La más importante de esas categorías triádicas ontológicas es la que forman el ELLO, mundo material de los sentidos; T ú, mundo de la mente, de la psicología y la neurología; y YO, mundo abstracto, incumbencia de la teología. Nombra otras tríadas interrelacionadas: Signo, Objeto e Interpretante; Icono, Indice, Símbolo; Cualidad, Reacción y Representación; Deducción, Inducción, Abducción. (7)

Andre Green retoma la tríada de Sujeto, Objeto e Interpretante, señalando "que es fundamental porque es toda la teoria de la generatividad y de la producción de sentido". El sujeto humano puede ser considerado, además de la triangularidad edípica, desde lo estructural y desde lo que Green considera el proceso terciario. Designa así al modo de comunicación entre las dos formas de actividad psíquica, señalados por Freud: el proceso primario y secundario. "Los procesos terciarios constituyen el puente entre el aparato del lenguaje y el aparato psíquico". Green los atribuye al preconsciente de la primera tópica y al yo inconsciente de la segunda.(8)

Resulta notable además la coincidencia de Ello, Yo y Superyo con la tríada de la generatividad de Peirce, sin que al parecer, Freud conociera su obra.

 

EL TRES EN LOS CUENTOS DE BORGES


Este es un tema que, de una u otra forma, vimos en el transcurso de este libro. Más allá de la fascinación por la numerología cabalística, que para Borges era un ejercicio más de lo fantástico, intentamos analizar las connotaciones psicoanalíticas de la presencia del n úmero y calidad de los personajes de sus cuentos.

Así, entre los protagonistas contamos con mayor frecuencia el dos y el uno, que el tres. En "El Aleph", Borges y Daneri se reunen para recordar a Beatriz, muerta. En "Funes", éste vive solo con la madre. El padre es desconocido. Cuando dos se hacen tres, como en "La Intrusa", fue imprescindible que uno de los hermanos eliminara a la mujer "intrusa"... En "Emma Zunz", es ella y el padre muerto, al que se propone vengar matando al ex-socio. Pero previa violación por un desconocido, para así justificar su acusación y asesinato. En "El Sur", Borges es el único personaje. El otro es "el viejo gaucho extático", símbolo de sus valientes antepasados, que le alcanza la daga para enfrentarse, por su nombre y honor, en un duelo absurdo. En "Ulrica" es Javier Otárola soñando un encuentro con Ulrica. En "La casa de Asterión", escuchamos el monólogo del Minotauro, solo en el laberinto, esperando a Teseo que venga a darle muerte. En "Las ruinas circulares", un hechicero trata de dar a luz, mágicamente, a un hijo...para concluir que los dos son hijos de un sueño.

Despu és de estas someras referencias, nos damos cuenta que el tema se abre a la investigación y merece ser profundizado.

 

UNA VIEJA LEYENDA


Una vieja leyenda sufi nos servirá de corolario y de modelo de lo que ha intentado ser nuestra labor y nuestro empeño.

La historia relata como Dhun Nun, el Egipcio, logró descifrar el conocimiento que ocultaba una inscripción faraónica. En un lugar cercano a Luxor, había una estatua con el brazo extendido y el dedo índice señalando un texto: "Para obtener un tesoro golpea en este sitio".

Generaciones de hombres habían martillado en el lugar indicado. La piedra dura mostraba las huellas de los golpes infructuosos. El significado permanecía oculto.

Un día, Dhun Nun, tras muchos de observar y meditar, se desvela. Era la hora exacta del sol en el cenit. Su mirada descubre entonces una larga línea de sombra que, proyección del brazo y del índice, se extiende al pie de la estatua, hasta un punto. Marca el sitio. Obtiene los instrumentos necesarios y con una barra hace saltar la loza. El mensaje secreto ha sido descifrado. Salvando el techo de la caverna subterránea, lo deslumbra el encuentro...

 

NOTAS

 



(1) Ricardo Piglia "El jugador de Chejov" Diario Clarín 6-11-86.-

(2) En Febrero de 1993 fuí invitado a participar de un panel sobre "Literature and Science in Hispanic-Am érica:Psychoanalysis in Literary Criticism"en la Louisiana Conference on Hispanic Languages and Literatures en New Orleans patrocinada por la Tulane University .Allí tom é clara conciencia de la dimensión de nuestros prejuicios en lo que hace al psicoanálisis aplicado.Los literatos se valen naturalmente del psicoanalisis para la crítica literaria,como los psicoanalistas de sus posibilidades interpretaivas de un texto literario.Nadie se alarma ni se escandaliza.Nadie se siente invadido en su propiedad privada...Nadie se considera intruso en granja ajena.

(3) M.Bergmann Revista de Psicoanalisis APA TL Nš 4/5 l993 p.796

(4) S.Freud "El Moises de Miguel Angel" Edit.Amorrortu TXlll p.227

(*) Carlo Guinzburg habla del "paradigma indiciario" El signo de los tres de U .Eco y Sebeok . Edit.Lumen Barcelona 1989 p. 128

(5) U. Eco ,Sebeok "Signo de los tres" obra citada p,20

(6) U. Eco "De los espejos,y otros ensayos" Edit.Lumen Barcelona l988 p.183

(7) U.Eco,Sebeok "Signo de los tres" Edit. Lumen Barcelona l989 p.23

(8) A.Green El lenguaje en psicoanálisis Edit. Amorrortu BsAs l995 p.137

 


Publicado como: Julio Woscoboinik. El alma de "El Aleph". Nuevos aportes a la indagación psicoanalítica de la obra de Jorge Luis Borges. Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano, 1996.


        
 

© Borges Studies Online 14/04/01

How to cite this book:

Julio Woscoboinik. El alma de "El Aleph". Nuevos aportes a la indagación psicoanalítica de la obra de Jorge Luis Borges. Borges Studies Online. On line. J. L. Borges Center for Studies & Documentation. Internet: (http://www.borges.pitt.edu/bsol/jw0.php)