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Historia

¿Por qué crear un Centro Borges en una universidad tan lejana, en Dinamarca? 

Sabemos que Borges nutría un mítico amor por el mundo escandinavo, por su pasado, por sus versos, por la maravillosa retórica de las kenningar. Pero ese es sólo un argumento emblemático. 

Existe también un argumento topológico. La modesta "extraterritorialidad" de Dinamarca permite la consagración al estudio sin "arriÈre pensées", sin entrar en la actualidad de conflictos que, muy cerca de Argentina, acabaría por situar al Centro en debates que pertenecen más al mundillo de las finanzas y de la política académica que al puro placer del estudio y la lectura. 

Finalmente, la razón histórica. Dos profesores de la Universidad de Aarhus, uno de filosofía y otro de literatura, coincidieron en la belleza de esa  aventura. La obra de Jorge Luis Borges ha suscitado y suscita los más variados caminos de aproximación: literatura, filosofía, teología, mitología comparada, semiótica, lingüística y ciencias del lenguaje, matemáticas, cábala, alquimia, folklore, tango, narratología, bestiario, historiografía, cine, etc., abriéndose a posibilidades inéditas de labor interdisciplinaria. Esas virtualidades de trabajo y la diversidad creciente de los estudios borgesianos fueron haciendo cada vez mÁs clara la necesidad de crear un Centro, como espacio de confluencia y de circulación de ideas. 

La apuesta no tardó en dar sus resultados. De todas partes del mundo comenzaron a llover las adhesiones. Grandes intelectuales prestaron su apoyo, y muy pronto el Centro contaba con más de 300 adherentes.