"El jardín de senderos que se bifurcan"

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"El jardín de senderos que se bifurcan"

by Jorge Luis Borges

Original Sources

The texts produced here are based on transcriptions created by Ricardo Vázquez and Christopher D. Warnes. For more information about each version, see List of Versions.

List of Versions

  • MS: Michigan St.: A manuscript version of the story housed at Michigan State University, Donald Yates collection on Jorge Luis Borges, 1950-1990. MSS 678-01.
  • MS: Bloomsbury: A manuscript version of the story written in an accounting ledger. Images of this manuscript appeared in a catalogue of Bloomsbury Auctions titled Travel, Literature, Autographs and Fine Books in 2010. An image of the first page of the same manuscript also appeared in Lame Duck Books, Catalogue No. Eighty Something (2004), p. 42; and in Lame Duck Books, Latin American Spanish and Portuguese Literature: Catalogue 88 (2012), p. 74.
  • P 1941: The version of the story published by Sur in the book El jardin de senderos que se bifurcan (1941).
  • P 1944: The version of the story published by Sur in the book Ficciones (1944).

Electronic Edition Information:

Responsibility Statement:
  • Transcription and Digitization by Ricardo Vázquez and Christopher D. Warnes
Key
  • Dotted lines = Borges wrote an alternative above or below this line. Note: Users can hover the mouse above these fragments to view the alternatives.
  • Green = Text inserted, but not as an alternative to something else.
  • Strikethrough = The text is crossed out.
  • Line numbers down the left hand side refer to paragraph and sentence numbers respectively. For example, "6.8" refers to paragraph 6, sentence 8.
---pages 1-2---
---MISSING---

---page 3---
3.14
peligro de ser reconocido; el hecho es que en la calle me sentía visible y vulnerable, in desierta me sentía visible y vulnerable, infinitamente.
3.15
Recuerdo que le dije al cochero que se detuviera un poco antes de la entrada central.
3.16
Bajé con lentitud voluntaria y casi penosa; iba a la aldea de Ash Grove aldea de Ashgrove , pero saqué un billete para una estación más lejana.
3.17
El tren
partía de
Alternative (Above): salía dentro de
unos pocos minutos.
El tren salía dentro de muy pocos minutos, a las ocho y cincuenta.
3.18
Me apresuré a tomarlo; el próximo salía a las nueve y media.
3.19
No había casi nadie en el andén.
3.20
Recorrí los coches: recuerdo unos labriegos, una enlutada, un soldado herido y feliz un joven que leía con fervor los Anales de Tácito, un soldado herido y feliz.
3.21
Los coches arrancaron al fin.
3.22
Un hombre que no dejé de reconocer corrió en vano hasta el término límite del andén.
3.23
Era el capitán Richard Madden.
3.24
Aniquilado, trémulo, me encogí en el sillón, lejos de la ventanilla temida Aniquilado, trémulo, me encogí en la otra punta del sillón, lejos del temido cristal.

---page 4---
---MISSING---

---page 5---
6.6
no ya de
galerías y de escaleras, sino de
Alternative (Below): quioscos (ochavados) y de sendas q. vuelven sino de...
ríos y provincias y reinos...
6.7
Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara (todo) el pasado y (todo) el porvenir y q.
{no excluyera los astros.
Alternative (Above-1): {enredara de algún modo los astros
Alternative (Above-2): {implicara
6.8
Absorto en esas
{engañosas
Alternative (Above): {ilusorias
imágenes, olvidé mi destino (miserable) de perseguido.
6.9
Me sentí, por
unos instantes,
Alternative (Above): un tiempo indeterminado,
percibidor abstracto del mundo.
6.10
La tarde, el vago y vivo campo, la luna, obraron en mí; asimismo el declive q. eliminaba
toda posibilidad
Alternative (Above): cualquier posibilidad
de cansancio.
6.11
La tarde era
· (a la vez) infinita e íntima.
Alternative (Top margin, reversed): · íntima, infinita
6.12
El camino bajaba y se bifurcaba, entre
ya confusos jardines.
Alternative (Above): las ya confusas praderas.
6.13
Una música aguda y
monosilábica
Alternative (Above): como silábica
se aproximaba y se alejaba en el vaivén del viento, empañada de hojas y de distancia.
6.14
Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras,
robles, ocasos.
Alternative (Above): aguas, ponientes. Alternative (Below): jardines, cursos de agua, ponientes.
6.15
Llegué, así, a un alto portón herrumbrado.
6.16
Entre
sus
Alternative (Above): las
rejas
percibí
Alternative (Below): distinguí + descifré
una alameda y una especie de pabellón.
6.17
Comprendí, de pronto, dos cosas, la primera trivial, la segunda casi increíble: la música venía del pabellón, la música era china.
6.18
Por eso, yo la había aceptado con plenitud (, sin
necesidad de escucharla
Alternative (Above): prestarle atención.
).
6.19
No recuerdo
si descubrí}
Alternative (Above): si había}
)un timbre eléctrico o si llamé golpeando las manos.
6.20
El chisporroteo de la música prosiguió.

7.1
  Pero del fondo de la íntima casa
{crecía y se bamboleaba un farol, un farol que los árboles rayaban y a ratos anulaban,}
Alternative (Above): {un farol se acercaba: un farol q. rayaban y a ratos anulaban los troncos,}
un farol
amarillo como la luna, un farol cuya forma era de tambor}
Alternative (Above): (de papel,) q. tenía la forma de un tambor
Alternative (Above): los tambores
y el color de la luna}
.
7.2
Lo traía un hombre alto.
7.3
No vi su
cara,
Alternative (Above): rostro,
porque me cegaba la luz.
7.4
Abrió el portón y dijo
con acento forastero pero en mi idioma:
Alternative (Above): lentamente en mi idioma:

—Veo que el
{excelente}
Alternative (Above): {piadoso}
[tachado] Hsi P'êng se empeña en
mejorar} esta
Alternative (Above): corregir} mi
soledad.
7.5
¿Usted

---page 6---
7.5
sin duda querrá ver el jardín?

8.1
  Reconocí el nombre de uno de nuestros cónsules y repetí desconcertado: —¿El jardín?

9.1
  El
Jardín
Alternative (Above): jardín
de senderos que se bifurcan.

10.1
  Algo (remoto) se agitó en mi recuerdo y
dije con
Alternative (Above): pronuncié con
misteriosa
Alternative (Below): incomprensible
seguridad: —El jardín de mi antepasado Ts'ui Pên.

11.1
  —¿Su antepasado?
11.2
¿Su ilustre antepasado?
11.3
Adelante

12.1
  (Entré.)
La pequeña alameda
Alternative 1 (Above): El profundo sendero Alternative 2 (Left Margin): El húmedo X
zigzagueaba como los de mi infancia.
12.2
Entramos en una}
Alternative (Below): Llegamos a una}
biblioteca de libros orientales y occidentales.
12.3
Reconocí, encuadernados en seda amarilla,
veinte o treinta volúmenes disparejos
Alternative (Above): algunos tomos manuscritos
de la Enciclopedia Perdida que dirigió el Tercer Emperador de la Dinastía
de los
Alternative (Above): Luminosa
Ming y que no se dio nunca a la
estampa...
Alternative 1 (Above): imprenta... Alternative 2 (Above): imprenta.
12.4
En un rincón estaba el fonógrafo...
Alternative 1 (Above): El disco del [fonógrafo + gramófono] giraba junto a un fénix de bronce... Alternative 2 (Above): bronce.
12.5
Recuerdo también un jarrón de la familia rosa y otro, anterior de
{dos o tres}
Alternative 1 (Above): {algunos} Alternative 2 (Above): {muchos}
siglos, de ese color azul q. nuestros
alfareros copiaron de los alfareros islámicos...
Alternative (Above): artífices copiaron de los alfareros de Persia...

13.1
  Albert me observaba sin impaciencia.
Alternative 1 (Above): sonriente + Alternative 2 (Below): Stephen Albert seguía de pie.
13.2
Era
alto,
Note: (ya lo dije) Alternative (Above): muy alto,
de rasgos afilados, de ojos grises y barba gris.
13.3
Algo
militar había en él y también eclesiástico:
Alternative (Below): de sacerdote había en él y también de marino;
supe después que}
Alternative (Above): después me refirió que}
había sido misionero en Tientsin "antes de
ascender
Alternative (Below): aspirar
a sinólogo."

14.1
  Nos sentamos; yo en un largo y bajo diván; él, de espaldas a la ventana y a un alto reloj circular.
14.2
Calculé
Alternative 1 (Above): Razoné Alternative 2 (Below): Computé
que antes de
2 una hora no
Alternative (Above): 1 hora y media
2 llegaría
Alternative (Below): 1 irrumpiría
mi perseguidor, Richard Madden.
14.3
Mi determinación
{inquebrantable}
Alternative (Above): {irrevocable}
podía esperar.

---page 7---
15.1
  — Asombroso destino el de Ts’ui Pên—dijo Stephen Albert.
15.2
—Gobernador de su provincia natal, hombre
visado
Alternative (Below): docto
} en astronomía, en astrología y en
el estudio
Alternative (Above): la interpretación
de los
cinco libros canónicos,
Alternative (Above): infatigable de los libros...
ajedrecista, famoso poeta y calígrafo:
2 todo lo abandonó
Alternative (Above): 1 a todo renunció
para
Alternative (Above): componer
{
una vasta novela y para legar a los hombres un laberinto.
Alternative (Below): un libro y un laberinto.
}
15.3
Renunció a los
deleites
Alternative (Below): placeres
de la opresión, de la justicia, del numeroso lecho, de los banquetes y aún de la erudición y se enclaustró durante trece años en el Pabellón de la Límpida Soledad.
15.4
A su muerte, los
2 herederos
Alternative (Above): 1 albaceas
no encontraron sino
un (largo) manuscrito caótico.
Alternative (Below): manuscritos caóticos.
15.5
La familia, como Vd. acaso no ignora, quiso illegible adjudicarlos al fuego ; pero
los albaceas — dos monjes — insistieron en la publicación.
Alternative (Below): su albacea — un monje taoísta o budista — insistió en la publicación.

16.1
  — Las de la sangre de Ts’ui Pên, repliqué, seguimos execrando a ese monje.
16.2
Esa publicación fué insensata.
16.3
El libro es
una serie
Alternative (Above): un acervo
indecisa de borradores contradictorios.
16.4
Lo he
2 examinado
Alternative (Above): 1 manejado
alguna vez : en el tercer capítulo muere el héroe, en el cuarto está vivo.
16.5
En cuanto a la
otra empresa, a su Laberinto…
Alternative (Above): otra empresa de Ts’ui Pên, a su Laberinto…

17.1
  — Aquí está el Laberinto, dijo {
sonriente, indicando
Alternative (Above): indicándome
} una larga vitrina.

18.1
  — ¡Un laberinto de marfil! exclamé.
18.2
Un laberinto mínimo…

19.1
  Un laberinto de símbolos, corrigió.
19.2
Un
incorpóreo
Alternative (Above): diáfono
laberinto de tiempo.
19.3
A mí, bárbaro inglés, me ha sido deparado • {
descubrir
Alternative (Above): intangible + invisible | Alternative (Below): percibir
} lo que estaba a la vista de todos.
19.4
Las circunstancias
Alternative (Above): Al cabo de dos siglos, sus… | Alternative (Below): Los pormenores
} son irrecuperables, pero
me atrevo a reconstruir
Alternative (Above): no es difícil reconstruir/conjeturar
lo q. sucedió.
19.5
Tsúi Pên diría {
a un amigo :
Alternative (Above): una vez :
} Me retiro a escribir un

---page 8---
19.6
libro. Y otra : Me retiro a construir un laberinto.
19.7
Todos imaginaron dos
tareas;
Alternative (Above): obras;
nadie pensó que
un libro puede también ser un laberinto.
Alternative (Above): libro y laberinto {eran | designaban} un solo objeto.
[Editor's Note: "eran" is above designaban in the manuscript]
Alternative (Below): libro y ...
19.8
El Pabellón de la Límpida Soledad
{era una torre en un jardín ;
Alternative (Above): {se erguía en el centro de un jardín { tal vez intrincado; | quizá complicado;
[Editor's Note: "tal vez intricado" is above "quizá complicado" in the manuscript]
el hecho puede haber sugerido (a los
oyentes)
Alternative (Above): hombres)
un laberinto físico.
19.9
Ts’ui Pên
fué asesinado;
Alternative (Above): murió;
{nadie pudo encontrar el laberinto; }
Alternative (Above): {nadie, en las vastas propiedades del muerto, dió con el laberinto; }
Alternative (Below): nadie, en las tierras dilatadas q. fueron suyas, dió con el laberinto; }
la naturaleza incomprensible}
Alternative (Above): el carácter }
Alternatives (Below): el caos + la confusión | el desorden anarquía}
de l. novela me sugirió q. ese era el laberinto.
19.10
Dos circunstancias me dieron la
justa
Alternative (Above): recta
solución del problema.
19.11
{La primera :
Alternative (Above): {Una :
} la leyenda de
Alternative (Above): la curiosa leyenda de …
q. Ts’ui Pên se había propuesto (urdir) un laberinto
de naturaleza infinita.
Alternative (Above): que fuera estrictamente infinito.
19.12
Otra : un fragmento de una carta q. descubrí.

20.1
  Albert se levantó.
20.2
Me dió, por unos instantes, la espalda; abrió el cajón de un alto
escritorio.
Alternative (Above): escritorio de laca.
20.3
Volvió con un
billete carmesí, cuadriculado y frágil.
Alternative (Above): papel antes carmesí, ahora rosado y tenue y
20.4
Era
justa
Alternative (Below): justo
l. fama de calígrafo de
Alternative (Above): cuadriculada.
Alternative (Below): el renombre caligráfico de …
Ts’ui Pên.
20.5
Leí con
reverencia y perplejidad
Alternative (Above): incomprensión y fervor
estas palabras q. hace dos siglos
escribió un
Alternative (Above): escribió en mi país un varón …
{hombre
Alternative (Below): varón}
de mi sangre: Dejo a los varios porvenires (no a todos) mi jardín de senderos que se bifurcan.
20.6
Devolví en silencio
el papel.
Alternative (Above): la hoja.
20.7
Albert prosiguió:

21.1
  — Antes de exhumar esta carta, yo me había preguntado
cómo un libro
Alternative (Above): de qué manera un libro...
puede ser infinito.
21.2
No
{conjeturé}
Alternative (Above): {se me ocurrió}
otro procedimiento q. el de
u. obra
Alternative (Above): un volumen
cíclica, circular.
21.3
Un volumen cuya última página fuera idéntica a la primera, con posibilidad de
proseguir
Alternative (Above): continuar
infinitamente.
Alternative (Below): indefinidamente.
21.4
Recordé también esa noche
de las 1001 Noches en que la
Alternative (Above): que está en el centro de las 1001 N., cuando la …
reina Shahrazad (por una mágica distracción del copista)
empieza a
Alternative (Below): se pone a referir textualmente la historia de las 1001 Noches, con riesgo
{referirlo al rey Shahriar}
Alternative (Above): {referir a Shahriar}
l. historia de las 1001 Noches, con riesgo

---page 9---
21.4
de llegar otra vez a la noche en que la refiere, y así
infinitamente.
Alternative (Below): hasta lo infinito.
21.5
Se me
ilegible
Alternative (Above): ocurrió
Alternative (Below): Imaginé
también una
{vasta novela}
Alternative (Above): {obra platónica,}
hereditaria, trasmitida de padre a hijo, en la que cada nuevo individuo agregara
ilegible
Alternative (Above): un
capítulo o corrigiera
de algún modo
Alternative (Above): con piadoso cuidado
el texto
Alternative (Below): la página
anterior.
21.6
Esas
Addition (On Top of Page): conjeturas me distrajeron; pero ninguna parecía corresponder.
y otras
ideas me interesaron,
Alternative (Above): invenciones me distrajeron,
pero ninguna de ellas correspondía
a los contradictorios
Alternative (Above): de los mayores.
Alternative (Below): siquiera de un modo remoto, a los …
capítulos de Ts’ui Pên.
21.7
En esa perplejidad, me remitieron de
un archivo
Alternative (Below): Oxford
l. carta que acabo de mostrarle.
Alternative (Below 1): [la carta que] Vd. acaba de ver.
Alternative (Below 2): el manuscrito que Vd. ha examinado.
21.8
Me detuve, como es natural, en la frase: Dejo a los varios porvenires (no a todos) mi jardín de senderos que se bifurcan.
21.9
Casi en seguida comprendí; el jardín de senderos q. se bifurcan era l. novela caótica; la frase varios porvenires (no todos)
comportaba la idea
Alternative (Above): me sugirió la imagen
de una bifurcación en el tiempo, no en el espacio.
21.10
La relectura general de la obra confirmó esa teoría.
21.11
En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas,
elige una }
Alternative (Above): opta por una }
y elimina todas las otras; en la del
{divino}
Alternative (Above): {no entendido}
Alternative (Below): {casi inextricable}
Ts’ui Pên, opta — simultáneamente —
ilegible
Alternative (Above): por
todas.
21.12
Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan.
21.13
De ahí, las
2 contradicciones
Alternative (Above): 1 discordias
de
2 la
Alternative (Above): 1 su
novela.
21.14
Fang, digamos,
riñe con Yang.
Alternative (Above): es un traidor…
Alternative (Below): tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta ; Fang resuelve matarlo.
21.15
Naturalmente, hay X
Planteada
Alternative (Above): Definida
la situación, hay
muchos
Alternative (Above): varios
desenlaces posibles : Fang puede
apuñalar}
Alternative (Below): matar}
al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden morir, ambos pueden salvarse, etcétera.
21.16
En la obra de Ts’ui Pên, todos los desenlaces ocurren; cada
2 uno es el punto de partida de
Alternative (Above): 1 una de esas divisiones se subdivide, y así infinitamente.
nuevas situaciones.
Alternative (Below): otras bifurcaciones.
21.17
Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen : por ejemplo, Vd. llega a
mi
Alternative (Above): esta
casa, pero en uno de nuestros pasados posibles Vd. es mi enemigo, en otro mi amigo.
21.18
Si se resignan Vd. a mi pronunciación
deficiente,
Alternative (Above): incurable,
leeremos
una oncena.
Alternative (Above): unas páginas.

---page 10---
22.1
  1 Dijo y se aproximó a la lámpara.
Alternative 1 (Below): 2 La cabeza, en el círculo de la luz de la lámpara, era la de un hombre ya viejo, pero con algo inquebrantable, algo casi inmortal. Alternative 2 (Below): 3 Su rostro, en el [nítido + lúcido + vívido] círculo de la lámpara, era sin duda el de un anciano,
pero con algo
{de invencible y aún de inmortal.
Alternative (Below): {inquebrantable y aún inmortal.
22.2
Leyó con
{lenta lentitud y con precisión}
Alternative (Above): {lenta precisión
dos redacciones de un mismo capítulo épico.
22.3
En la primera, un ejército marcha hacia una batalla a través de una montaña desierta; el horror de las
rocas
Alternative 1 (Above): peñas Alternative 2 (Below): piedras
y de la
noche
Alternative (Above): sombra
le hace mensopreciar la vida y logra con facilidad la victoria; en la segunda, el mismo ejército atraviesa un palacio en el q. hay una fiesta; la
batalla les
Alternative (Above): resplandeciente batalla les...
parece una continuación de la fiesta y logran la victoria.
22.4
{Yo escuchaba su voz que me
traía esa fábula antigua, acaso menos prodigiosa}
Alternative 1 (Above): devolvía x traía esas viejas historias, acaso menos prodigiosas} Alternative 2 (Below): devolvía esas viejas historias, acaso menos admirables...
q. el hecho de que las hubiera ideado mi sangre, hace doscientos años, y de que un enemigo
{me las dijera,}
Alternative (Above): {las pronunciara}
entre las porcelanas de mi país, en una isla occidental. + Yo
escuchaba
Alternative (Above): oía
con decente veneración esas viejas historias, acaso menos admirables que el hecho de q. las hubiera ideado
1 mi sangre, hace 2 más de dos} --Alternative (Above): 1 casi dos}-- siglos, y de q. un hombre de otra raza me las [ilegible] restituyera,
Alternative (Below): 2 mi sangre y de que un hombre de {una raza remota --Alternative (Below): {un imperio remoto-- me las restituyera,
en el decurso de una desesperada aventura en una isla occidental.}
22.5
Recuerdo
{bien las palabras últimas q. leyó:
Alternative (Below): {las palabras finales, repetidas en cada redacción como una especie de orden: --Alternative (Above):un mandamiento secreto:--
Así
guerrearon victoriosamente los}
Alternative (Above): combatieron los}
héroes, tranquilo el
(victorioso)
Alternative (Below): admirable
corazón, violenta la espada, resignados a matar y a morir.

23.1
  En
Alternative (Above): Desde
ese instante, creo, sentí a mi alrededor
1 una especie de intangible, invisible pululación.
Alternative (Above): 2 y en mi propio --Alternative (Above): oscuro-- cuerpo una intangible, invisible pululación. Alternative (Below): 3 y en mi oscuro cuerpo una invisible, intangible pululación.
23.2
No la pululación de los
bifurcados,
Alternative (Below): divergentes,
paralelos y finalmente
convergentes
Alternative (Below): coalescentes
ejércitos, sino una agitación más
inaccesible y más íntima
Alternative (Below): inaccesible, más íntima
y que aquellos de algún modo prefiguraban.
23.3
Mi interlocutor prosiguió:

24.1
  —No creo que su ilustre antepasado jugara
vanamente
Alternative (Above): ociosamente
a las variaciones.
24.2
No
---page 11---
24.2
me resigno a creer q. dedicara} su vida a la 2 infinita ejecución de un (mediocre)
Alternative (Below): juzgo verosímil que sacrificara} trece años a la 1 ejecución infinita de un débil
experimento retórico.
24.3
En su país la novela es un género subalterno;
hace cien años
Alternative (Below): en aquel tiempo,
era un género despreciable.
24.4
Ts'ui Pên fué un novelista genial, pero también fue un hombre de letras q. sin duda no se consideró un
simple}
Alternative (Above): mero}
novelista.
24.5
El testimonio de sus contemporáneos proclama —y harto lo confirma su vida (, su renunciación a l. vida)—
que algo había en él de místico.
Alternative (Above): sus aficiones metafísicas, místicas.
24.6
La controversia filosófica usurpa buena parte de su
obra.
Alternative (Above): novela.
24.7
Sabemos
Alternative (Below):
q. de todos los problemas, ninguno le inquietó y lo trabajó como el central problema del tiempo.
24.8
Ahora bien, ese es el único problema q. no figura en las páginas del Jardín.
24.9
Ni siquiera usa l. palabra q. quiere decir tiempo.
24.10
¿Cómo...

25.1
  Propuse varias soluciones; todas, insuficientes.
25.2
Las duscutimos; al fin, Stephen Albert me preguntó:

26.1
  —En una
{adivinanza, o parábola, cuyo}
Alternative (Above): {adivinanza cuyo}
tema es el ajedrez ¿cuál es la única palabra q. el adivinador no
puede
Alternative (Above): debe
decir?
26.2
Reflexioné un
instante
Alternative (Above): momento
y repuse:

27.1
  —La palabra ajedrez.

28.1
  —Justamente,
Alternative (Below): —Precisamente,
dijo Albert.
28.2
El jardín de senderos que se bifurcan es una
vasta
Alternative (Above): enorme
adivinanza, o parábola, cuyo tema es el
1 tiempo y que por eso mismo se prohibe la --Alternative (Above): veda la-- dicción de su}
Alternative (Below): 2 tiempo; esa causa escondida no le permite --Alternative (Below): recóndita le prohibe-- la mención de su}
nombre.
28.3
Omitir siempre una palabra, recurrir
{a perífrasis ostentosas y a metáforas vanas, es quizá}
Alternative (Below): {a metáforas ineptas y a perífrasis ostentosas, --Alternative (Above): evidentes,-- es quizá}
el modo más enfático de
nombrarla.
Alternative (Above): mostrarla.Alternative (Below): indicarla.
28.4
Es el modo tortuoso que prefirió, en el más apartado de los meandros de su
dilatada
Alternative (Below): infatigable
novela, el oblicuo Ts'ui Pên.
28.5
{He restablecido el orden de esa
2 novela, he corregido los errores
Alternative (Above): 1 obra, • Top Margin, inverted: • he confrontado (varios) centenares de manuscritos, he corregido los errores

---page 12---
28.5
que la
ignorancia
Alternative (Below): negligencia.
de los copistas ha
deslizado,
Alternative (Below): introducido,
la he
traducido cuidadosamente
Alternative (Below): vertido (casi) literalmente
al inglés — aquí están las pruebas de página — : le
aseguro q. no}
Alternative (Below): juro que no}
emplea una sola vez la palabra tiempo.
28.5
+ He confrontado centenares de manuscritos, he corregido los errores que la negligencia de los copistas ha introducido, he
adivinado
Alternative (Above): conjeturado
el plan de ese caos, he restablecido, he creído restablecer, el orden
auténtico, he
Alternative (Above): primordial, he
traducido la obra entera :
le juro
Alternative (Above): me consta
q. no emplea una sola vez la palabra tiempo.}
EN
Editor's Note: This is a second option of sentence 28.5 included in the manuscript.
28.6
La explicación es
evidente:}
Alternative (Above): obvia:}
El Jardín de senderos que se bifurcan es
u. representación incompleta,}
Alternative (Above): una imagen incompleta,}
pero
verídica,
Alternative (Above): no falsa,
del universo tal como lo concebía Ts’ui Pên.
28.7
A diferencia de Newton y de Schopenhauer,
{Ts’ui Pên no creía en
Alternative (Above): {su antepasado no creía en…
un
solo tiempo absoluto.
Alternative (Below): tiempo uniforme, absoluto.
28.8
Creía {q. el tiempo se bifurca incesantemente, creía en infinitas series
{crónicas.+
Alternative (Below): {de tiempo.
en infinitas series de tiempo, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos.}
28.9
Esa trama de tiempos q. se bifurcan agota todas ls. posibilidades.
28.10
En algunas existe
Alternative (Below): No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos…
Vd. ; en otros, yo ; en otros, los dos.
Alternative (Above): Vd. y no yo ; en otros, yo, no Vd. ; en otros, las dos.
28.11
En éste, que un favorable azar me depara, Vd. ha llegado a mi casa; en otro, Vd., al entrar, me ha encontrado muerto ; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un
espectro.
Alternative (Above): fantasma.
Alternative (Below): error, un fantasma.

29.1
  — En
todas,
Alternative (Above): todos,
articulé no sin un
temblor, yo
Alternative (Above): temblor — yo
agradezco y venero su recreación
{de la obra de Ts’ui Pên.
Alternative (Above): {del (negro) jardín de Ts’ui Pên.
Alternative (Below): {del jardín vertiginoso de…

30.1
  — No en
todos,
Alternative (Above): todas —
murmuró con una sonrisa.
30.2
— El tiempo se bifurca
{en cada momento}
Alternative (Above): {incesamente}
en}
Alternative (Above): hacia}
innumerables futuros.
30.3
Acaso en uno de ellos soy su enemigo.

---page 13---
31.1
  Volví a sentir esa pululación de que hablé.
31.2
Me pareció que el íntimo jardín
estaba lleno de invisibles personas.
Alternative (Above): estaba saturado hasta lo increíble de invisibles personas.
Alternative (Above "increíble"): infinito
31.3
Esas personas eran Albert y
yo : secretos,
Alternative (Below): yo, secretos,
atareados y multiformes en otras dimensiones de tiempo.
31.4
Alcé los ojos y la tenue pesadilla se disipó.
31.5
En el amarillo y negro jardín había un solo hombre; pero ese hombre era
firme}
Alternative (Above): fuerte}
como una
estatua; pero}
Alternative (Above): estatua, pero}
ese hombre avanzaba por el sendero y era el capitán Richard Madden.

32.1
  — El porvenir ya existe — respondí — pero yo soy su amigo.
32.2
¿Puedo examinar de nuevo
esa
Alternative (Above): la
carta?

33.1
  Albert se levantó.
33.2
{Abrió el cajón del alto escritorio; me dió por un instante
Alternative (Below): {Alto, abrió el cajón del alto escritorio ; me dió por un momento
la espalda.
33.3
Yo había preparado el revólver.
33.4
{Con mano cuidadosa hice fuego: Albert
Alternative (Below): {Disparé con sumo cuidado: Albert
murió sin una queja,
{en seguida.}
Alternative (Above): {inmediatamente.}
33.5
Yo juro que su muerte fué instantánea : una fulminación.

34.1
  Lo demás es irreal, insignificante.
34.2
Madden irrumpió, me hirió, me arresté.
34.3
Estoy {agonizando en la
prisión
Alternative (Above): cárcel
de una ciudad
2 que ignoro.
Alternative (Above): 1 de nombre desconocido.
34.4
1 Miserablemente he
Alternative (Below): 2 He vencido ; he comunicado a
triunfado;
Alternative (Below): vencido;
Berlín el
nombre de la ciudad que deben bombardear.
Alternative (Above): secreto nombre de l. ciudad q. deben destruir.
34.3
+ agonizando en la cárcel de no sé qué ciudad provinciana.
34.4
Sin embargo, he vencido ;
Alternative (Below): Abominablemente he vencido,
he comunicado a Berlín el secreto nombre de l. ciudad q. deben atacar.}
EN
Editor's Note: This is a second option of sentence 34.4 included in the manuscript.
34.5
De l. ciudad que ayer bombardearon, según dicen los mismos diarios X diarios.
34.5
Los mismos q. alarmaron a Inglaterra con el}
Alternative (Below): Los mismos diarios q. propusieron a Inglaterra el}
enigma de que
{Yu Tsun, espía, asesinara sin razón al sinólogo Albert.}
Alternative (Below): {el eminente sinólogo Stephen Albert murierra asesinado por un desconocido, Yu Tsun.}
34.6
El Jefe ha descifrado ese enigma.
34.7
Editor's Note: What follows is written at the top of the page, upside down.
Sabe que mi problema era indicar (a través del estrépito de la guerra) la ciudad francesa de Albert y que no hallé otro
{método que matar a}
Alternative (Below): {medio que asesinar a}
alguien que llevara ese nombre.
34.8
No sabe (nadie puede saber) lo mucho que …
---page 1---
El Jardín de senderos que se bifurcan
A Victoria Ocampo
1.1
  En la página 252 de la Historia de la Guerra Europea de Liddell Hart, se lee que una ofensiva de trece divisiones británicas (apoyadas por mil cuatrocientas piezas de artillería) contra la línea Serre-Montauban había sido planeada para el veinticuatro de julio de 1916 y debió postergarse hasta la mañana del día veintinueve.
1.2
Top Margin, inverted: • Las lluvias torrenciales (anota el capitán Liddell Hart) provocaron esa demora —nada significativa, por cierto.
1.3
La siguiente declaración, dictada, releída y firmada por el doctor Yu Tsun, antiguo catedrático de inglés en la Hochschule de Tsingtao, arroja una insospechada luz sobre el caso.
1.4
Faltan las dos páginas iniciales.

2.1
  "... y colgué el tubo.
2.2
Inmediatamente después, reconocí la voz que había contestado en alemán.
2.3
Era la del capitán Richard Madden.
2.4
Madden, en el departamento de Viktor Runeberg, quería decir el fin de nuestros afanes y –pero eso parecía muy secundario, o debía parecérmelo– también de nuestras vidas.
2.5
Quería decir que Runenberg había sido arrestado, o asesinado.
1
Note (Left Margin): Hipótesis odiosa y estrafalaria. El espía prusiano Hans Rabener alias Viktor Runeberg agredió con una pistola automática al portador de la orden de arresto, capitán Richard Madden. Éste, [ilegible] en defensa propia, le causó heridas que determinaron su muerte — (Nota del Editor).
2.6
Antes
{del ocaso
Alternative (Above): {que declinara el sol
Alternative (Below): {de la baja solar
de ese día, yo correría la misma suerte.
2.7
Madden era implacable.
2.8
Left Margin: Mejor dicho, estaba obligado a ser implacable.
2.9
Irlandés a las órdenes de Inglaterra, hombre acusado de tibieza y tal vez de traición ¿cómo no iba a abrazar y agradecer este milagroso favor: el descubrimiento, la captura, quizá la muerte, de dos agentes del Imperio Alemán?
2.10
Subí a mi cuarto; absurdamente cerré la puerta con llave y me tiré de espaldas en la estrecha cama de hierro.
2.11
En la ventana estaban los tejados de siempre y el sol nublado de las seis.
2.12
Me pareció increíble que ese día sin premoniciones ni símbolos fuera el de mi muerte implacable.
2.13
A pesar de mi padre muerto, a pesar de haber sido un niño en un simétrico jardín de Hai Feng ¿yo, ahora, iba a morir?
2.14
Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente , precisamente ahora.
2.15
Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los

---pages 2-11---
---MISSING---

---page 12---
31.1
  Volví a sentir esa pululación de que hablé.
31.2
Me pareció que el húmedo jardín que rodeaba la casa estaba saturado hasta lo infinito de invisibles personas.
31.3
Esas personas eran Albert y yo, secretos, atareados y multiformes en otras dimensiones de tiempo.
31.4
Alcé los ojos y la tenue pesadilla se disipó.
31.5
En el amarillo y negro jardín había un solo hombre; pero ese hombre era fuerte como una estatua, pero ese hombre avanzaba por el sendero y era el capitán Richard Madden.

32.1
  — El porvenir ya existe, respondí, pero yo soy su amigo.
32.2
¿Puedo examinar de nuevo la carta?

33.1
  Albert se levantó.
33.2
Alto, abrió el cajón del alto escritorio; me dió por un momento la espalda.
33.3
Yo hubo había preparado el revólver.
33.4
Disparé con sumo cuidado: Albert se desplomó sin una queja, inmediatamente.
33.5
Yo juro que su muerte fué instantánea : una fulminación.

34.1
  Lo demás es irreal, insignificante.
34.2
Madden interrumpió irrumpió , manrrastó.
34.3
He sido condenado a la horca.
34.4
Abominablemente he vencido : he comunicado a Berlín el nombre secreto de la ciudad que deben atacar.
34.5
Ayer la bombardearon; lo leí en los mismos periódicos que propusieron Inglaterra el enigma de que el sabio sinólogo Stephen Albert muriera asesinado por un desconocido, Yu Tsun.
34.6
El jefe ha descifrado ese enigma.
34.7
Sabe que mi problema era indicar (a través del estrépito de la guerra) la ciudad que se llama Albert y que no () hallé otro medio que matar a una persona de ese nombre.
34.8
No sabe (nadie puede saber) mi innumerable contrición y cansancio".

35.1
Jorge Luis Borges
EL JARDIN DE SENDEROS QUE SE BIFURCAN
A Victoria Ocampo

1.1
  En la página 252 de la Historia de la Guerra Europea de Liddell Hart, se lee que una ofensiva de trece divisiones británicas (apoyadas por mil cuatrocientas piezas de artillería) contra la línea Serre-Montauban había sido planeada para el veinticuatro de julio de 1916 y debió postergarse basta la mañana del día veintinueve.
1.2
Las lluvias torrenciales (anota el capitán Liddell Hart) provocaron esa demora —nada significativa, por cierto.
1.3
La siguiente declaración, dictada, releída y firmada por el doctor Yu Tsun, antiguo catedrático de inglés en la Hochschule de Tsingtao, arroja una insospechada luz sobre el caso.
1.4
Faltan las dos páginas iniciales.

2.1
  “… y colgué el tubo.
2.2
Inmediatamente después, reconocí la voz que había contestado en alemán.
2.3
Era la del capitán Richard Madden.
2.4
Madden,en el departamento de Viktor Runeberg, quería decir el fin de nuestros afanes y —pero eso parecía muy secundario, o debía parecérmelo— también de nuestras vidas.
2.5
Quería decir que Runeberg había sido arrestado, o asesinado.
1
Note: Hipótesis odiosa y estrafalaria. El espía prusiano Hans Rabener alias Viktor Runeberg agredió con una pistola automática al portador de la orden de arresto, capitán Richard Madden. Éste, en defensa propia, le causó heridas que determinaron su muerte. — (Nota del Editor).
2.6
Antes que declinara el sol de ese día, yo correría la misma suerte.
2.7
Madden era implacable.
2.8
Mejor dicho, estaba obligado a ser implacable.
2.9
Irlandés a las órdenes de Inglaterra, hombre acusado de tibieza y tal vez de traición ¿cómo no iba a abrazar y agradecer este milagroso favor: el descubrimiento, la captura, quizá la muerte, de dos agentes del Imperio Alemán?
2.10
Subí a mi cuarto; absurdamente cerré la puerta con llave y me tiré de espaldas en la estrecha cama de hierro.
2.11
En la ventana estaban los tejados de siempre y el sol nublado de las seis.
2.12
Me pareció increíble que ese día sin premoniciones ni símbolos fuera el de mi muerte implacable.
2.13
A pesar de mi padre muerto, a pesar de haber sido un niño en un simétrico jardín de Hai Feng ¿yo, ahora, iba a morir?
2.14
Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora.
2.15
Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí…
2.16
El casi intolerable recuerdo del rostro acaballado de Madden abolió esas divagaciones.
2.17
En mitad de mi odio y de mi terror (ahora no me importa hablar de terror: ahora que he burlado a Richard Madden, ahora que mi garganta anhela la cuerda) pensé que ese guerrero tumultuoso y sin duda feliz no sospechaba que yo poseía el Secreto.
2.18
El nombre del preciso lugar del nuevo parque de artillería británico sobre el Ancre.
2.19
Un pájaro rayó el cielo gris y ciegamente lo traduje en un aeroplano y a ese aeroplano en muchos (en el cielo francés) aniquilando el parque de artillería con bombas verticales.
2.20
Si mi boca, antes que la deshiciera un balazo, pudiera gritar ese nombre de modo que lo oyeran en Alemania…
2.21
Mi voz humana era muy pobre.
2.22
¿Cómo hacerla llegar al oído del Jefe?
2.23
Al oído de aquel hombre enfermo y odioso, que no sabía de Runeberg y de mí sino que estábamos en Staffordshire y que en vano esperaba noticias nuestras en su árida oficina de Berlín, examinando infinitamente periódicos…
2.24
Dije en voz alta: Debo huir.
2.25
Me incorporé sin ruido, en una inútil perfección de silencio, como si Madden ya estuviera acechándome.
2.26
Algo —tal vez la mera ostentación de probar que mis recursos eran nulos —me hizo revisar mis bolsillos.
2.27
Encontré lo que sabía que iba a encontrar.
2.28
El reloj norteamericano, la cadena de níquel y la moneda cuadrangular, el llavero con las comprometedoras llaves inútiles del departamento de Runeberg, la libreta, una carta que resolví destruir inmediatamente (y que no destruí), una corona, dos chelines y unos peniques, el lápiz rojo-azul, el pañuelo, el revólver con una bala.
2.29
Absurdamente lo empuñé y sopesé, para darme valor.
2.30
Vagamente pensé que un pistoletazo puede oírse muy lejos.
2.31
En diez minutos mi plan estaba maduro.
2.32
La guía telefónica me dió el nombre de la única persona capaz de transmitir la noticia: vivía en un suburbio de Fenton, a menos de media hora de tren.

3.1
  Soy un hombre cobarde.
3.2
Ahora lo digo, ahora que he llevado a término un plan que nadie no calificara de arriesgado.
3.3
Yo sé que fué terrible su ejecución.
3.4
No lo hice por Alemania, no.
3.5
Nada me importa un país bárbaro, que me ha obligado a la abyección de ser un espía.
3.6
Además, yo sé de un hombre de Inglaterra —un hombre modesto— que para mí no es menos que Goethe.
3.7
Arriba de una hora no hablé con él, pero durante una hora fué Goethe…
3.8
Lo hice, porque yo sentía que el Jefe tenía en poco a los de mi raza— a los innumerables antepasados que confluyen en mí.
3.9
Yo quería probarle que un amarillo podía salvar a sus ejércitos.
3.10
Además, yo debía huir del capitán.
3.11
Sus manos y su voz podían golpear en cualquier momento a mi puerta.
3.12
Me vestí sin ruido, me dije adiós en espejo, bajé, escudriñé la calle tranquila y salí.
3.13
La estación no distaba mucho de casa, pero juzgué preferible tomar un coche.
3.14
Argüí que así corría menos peligro de ser reconocido; el hecho es que en la calle desierta me sentía visible y vulnerable, infinitamente.
3.15
Recuerdo que le dije al cochero que se detuviera un poco antes de la entrada central.
3.16
Bajé con lentitud voluntaria y casi penosa; iba a la aldea de Ashgrove, pero saqué un pasaje para una estación más lejana.
3.17
El tren salía dentro de muy pocos minutos, a las ocho y cincuenta.
3.18
Me apresuré; el próximo saldría a las nueve y media.
3.19
No había casi nadie en el andén.
3.20
Recorrí los coches: recuerdo unos labradores, una enlutada, un joven que leía con fervor los Anales de Tácito, un soldado herido y feliz.
3.21
Los coches arrancaron al fin.
3.22
Un hombre que reconocí corrió en vano hasta el límite del andén.
3.23
Era el capitán Richard Madden.
3.24
Aniquilado, trémulo, me encogí en la otra punta del sillón lejos del temido cristal.

4.1
  De esa aniquilación pasé a una felicidad casi abyecta.
4.2
Me dije que ya estaba empeñado mi duelo y que yо había ganado el primer asalto, al burlar, siquiera por cuarenta minutos, siquiera por un favor del azar, el ataque de mi adversario.
4.3
Argüí que esa victoria mínima prefiguraba la victoria total.
4.4
Argüí que no era mínima, ya que sin esa diferencia preciosa que el horario de trenes me deparaba, yo estaría en la cárcel, o muerto.
4.5
Argüí (no menos sofísticamente) que mi felicidad cobarde probaba que yo era hombre capaz de llevar a buen término la aventura.
4.6
De esa debilidad saqué fuerzas que no me abandonaron.
4.7
Preveo que el hombre se resignará cada día a empresas más atroces; pronto no habrá sino guerreros y bandoleros; les doy este consejo: El ejecutor de una empresa atroz debe imaginar que ya la ha cumplido, debe imponerse un porvenir que sea irrevocable como el pasado.
4.8
Así procedí yo mientras mis ojos de hombre ya muerto registraban la fluencia de aquel día que era tal vez el último, y la difusión de la noche.
4.9
El tren corría con dulzura, entre fresnos.
4.10
Se detuvo, casi en medio del campo.
4.11
Nadie gritó el nombre de la estación.
4.12
¿Ashgrove? les pregunté a unos chicos en el andén.
4.13
Ashgrove contestaron.
4.15
Bajé.

5.1
  Una lampara ilustraba el andén, pero las caras de los niños quedaban en la zona de sombra.
5.2
Uno me interrogó: ¿Vd. va a casa del doctor Stephen Albert?
5.3
Sin aguardar contestación, otro dijo: La casa queda lejos de aquí, pero Vd. no se perderá si toma ese camino a la izquierda y en cada encrucijada del camino dobla a la izquierda.
5.4
Les arrojé una moneda (la última), bajé unos escalones de piedra y entré en el solitario camino.
5.5
Éste, lentamente, bajaba.
5.6
Era de tierra elemental, arriba se confundían las ramas, la luna baja y circular parecía acompañarme.

6.1
  Por un instante, pensé que Richard Madden había penetrado de algún modo mi desesperado propósito.
6.2
Muy pronto comprendí que eso era imposible.
6.3
El consejo de siempre doblar a la izquierda me recordó que tal era el procedimiento común para descubrir el patio central de ciertos laberintos.
6.4
Algo entiendo de laberintos: no en vano soy bisnieto de aquel Ts’ui Pên, que fué gobernador de Yunnan y que renunció al poder temporal para escribir una novela que fuera todavía más populosa que el Hung Lu Meng y para edificar un laberinto en el que se perdieran todos los hombres.
6.5
Trece años dedicó a esas heterogéneas fatigas, pero la mano de un forastero lo asesinó y su novela era insensata y nadie encontró el laberinto.
6.6
Bajo, árboles ingleses medité en ese laberinto perdido: lo imaginé inviolado y perfecto en la cumbre secreta de una montaña, lo imaginé borrado por arrozales o debajo del agua, lo imaginé infinito, no ya de quioscos ochavados y de sendas que vuelven, sino de ríos y provincias y reinos…
6.7
Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir y que implicara de algún modo los astros.
6.8
Absorto en esas ilusorias imágenes, olvidé mi destino de perseguido.
6.9
Me sentí, por un tiempo indeterminado, percibidor abstracto del mundo.
6.10
El vago y vivo campo, la luna, los restos de la tarde, obraron en mí; asimismo el declive que eliminaba cualquier posibilidad de cansancio.
6.11
La tarde era íntima, infinita.
6.12
El camino bajaba y se bifurcaba, entre las ya confusas praderas.
6.13
Una música aguda y como silábica se aproximaba y se alejaba en el vaivén del viento, empañada de hojas y de distancia.
6.14
Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes.
6.15
Llegué, así, a un alto portón herrumbrado.
6.16
Entre las rejas descifré una alameda y una especie de pabellón.
6.17
Comprendí, de pronto, dos cosas, la primera trivial, la segunda casi increíble: la música venía del pabellón, la música era china.
6.18
Por eso, yo la había aceptado con plenitud, sin prestarle atención.
6.19
No recuerdo si había una campana o un timbre o si llamé golpeando las manos.
6.20
El chisporroteo de la música prosiguió.

7.1
  Pero del fondo de la íntima casa un farol se acercaba: un farol que rayaban y a ratos anulaban los troncos, un farol de papel, .que tenía la forma de los tambores y el color de la luna.
7.2
Lo traía un hombre alto.
7.3
No vi su rostro, porque me cegaba la luz.
7.4
Abrió el portón y dijo lentamente en mi idioma: —Veo que el piadoso Hsi P’êng se empeña en corregir mi soledad.
7.5
¿Usted sin duda querrá ver el jardín?

8.1
  Reconocí el nombre de unos de nuestros cónsules y repetí desconcertado: —¿El jardín?

9.1
  —El jardín de senderos que se bifurcan.

10.1
  Algo se agitó en mi recuerdo y pronuncié con incomprensible seguridad: —El jardín, de mi antepasado Ts’ui Pên.

11.1
  —¿Su antepasado?
11.2
¿Su ilustre antepasado?
11.3
Adelante.

12.1
  El húmedo sendero zigzagueaba como los de mi infancia.
12.2
Llegamos a una biblioteca de libros orientales y occidentales.
12.3
Reconocí, encuadernados en seda amarilla, algunos tomos manuscritos de la Enciclopedia Perdida que dirigió el Tercer Emperador de la Dinastía Luminosa y que no se dió nunca a la imprenta.
12.4
El disco del gramófono giraba junto a un fénix de bronce.
12.5
Recuerdo también un jarrón de la familia rosa y otro, anterior de muchos siglos, de ese color azul que nuestros artífices copiaron de los alfareros de Persia…

13.1
  Stephen Albert me observaba, sonriente.
13.2
Era (ya lo dije) muy alto, de rasgos afilados, de ojos grises y barba gris.
13.3
Algo de sacerdote había en él y también de marino; después me refirió que había sido misionero en Tientsin “antes de aspirar a sinólogo”.

14.1
  Nos sentamos; yo en un largo y bajo diván; él de espaldas a la ventana y a un alto reloj circular.
14.2
Computé que antes de una hora no llegaría mi perseguidor, Richard Madden.
14.3
Mi determinación irrevocable podía esperar.

15.1
  —Asombroso destino el de Ts’ui Pên, dijo Stephen Albert.
15.2
Gobernador de su provincia natal, docto en astronomía, en astrología y en la interpretación infatigable de los libros canónicos, ajedrecista, famoso poeta y calígrafo: todo lo abandonó para componer un libro y un laberinto.
15.3
Renunció a los placeres de la opresión, de la justicia del numeroso lecho, de los banquetes y aún de la erudición y se enclaustró durante trece años en el Pabellon de la Límpida Soledad.
15.4
A su muerte, los herederos no encontraron sino manuscritos caóticos.
15.5
La familia, como usted acaso no ignora, quiso adjudicarlos al fuego; pero su albacea —un monje taoísta o budista— insistió en la publicación.

16.1
  —Los de la sangre de Ts’ui Pên, repliqué, seguimos execrando a ese monje.
16.2
Esa publicación fué insensata.
16.3
El libro es un acervo indeciso de borradores contradictorios.
16.4
Lo he examinado alguna vez: en el tercer capítulo muere el héroe, en el cuarto está vivo.
16.5
En cuanto a la otra empresa de Ts’ui Pên, a su Laberinto…

17.1
  —Aquí está el Laberinto, dijo indicándome un alto escritorio laqueado.

18.1
  —¡Un laberinto de marfil! exclamé.
18.2
Un laberinto mínimo…

19.1
  —Un laberinto de símbolos, corrigió.
19.2
Un invisible laberinto de tiempo.
19.3
A mí, bárbaro inglés, me ha sido deparado revelar ese misterio diáfano.
19.4
Al cabo de más de cien años, los pormenores son irrecuperables, pero no es difícil conjeturar lo que sucedió.
19.5
Ts’ui Pên: diría una vez: Me retiro a escribir un libro.
19.6
Y otra: Me retiro a construir un laberinto.
19.7
Todos imaginaron dos obras; nadie pensó que libro y laberinto eran un solo objeto.
19.8
El Pabellón de la Límpida Soledad se erguía en el centro de un jardín tal vez intrincado; el hecho puede haber sugerido a los hombres un laberinto físico.
19.9
Ts’ui Pên murió; nadie, en las dilatadas tierras que fueron suyas, dió con el laberinto; la confusión de la novela me sugirió que ése era el laberinto.
19.10
Dos circunstancias me dieron la recta solución del problema.
19.11
Una: la curiosa leyenda de que Ts’ui Pên se había propuesto un laberinto que fuera estrictamente infinito.
19.12
Otra: un fragmento de una carta que descubrí.

20.1
  Albert se levantó.
20.2
Me dió, por unos instantes, la espalda; abrió un cajón del áureo y renegrido escritorio.
20.3
Volvió con un papel antes carmesí; ahora rosado y tenue y cuadriculado.
20.4
Era justo el renombre caligráfico de Ts’ui Pén.
20.5
Leí con incomprensión y fervor estas palabras que con minucioso pincel redactó un hombre de mi sangre: Dejo а los varios porvenires (no a todos) mi jardín de senderos que se bifurcan.
20.6
Devolví en silencio la hoja.
20.7
Albert prosiguió:

21.1
  —Antes de exhumar esta carta, yo me había preguntado de qué manera un libro puede ser infinito.
21.2
No conjeturé otro procedimiento que el de un volumen cíclico, circular.
21.3
Un volumen cuya última página fuera idéntica a la primera, con posibilidad de continuar indefinidamente.
21.4
Recordé también esa noche que está en el centro de las 1001 Noches, cuando la reina Shahrazad (por una mágica distracción del copista) se pone a referir textualmente la historia de las 1001 Noches, con riesgo de llegar otra vez a la noche en que la refiere, y así hasta lo infinito.
21.5
Imaginé también una obra platónica, hereditaria, trasmitida de padre a hijo, en la que cada nuevo individuo agregara un capítulo o corrigiera con piadoso cuidado la página de los mayores.
21.6
Esas conjeturas me distrajeron; pero ninguna parecía corresponder, siquiera de un modo remoto, a los contradictorios capítulos de Ts’ui Pên.
21.7
En esa perplejidad, me remitieron de Oxford el manuscrito que usted ha examinado.
21.8
Me detuve, como es natural, en la frase: Dejo a los varios porvenires (no a todos) mi jardín de senderos que se bifurcan.
21.9
Casi en el acto comprendí; el jardín de senderos que se bifurcan era la novela caótica; la frase varios porvenires (no a todos) me sugirió la imagen de una bifurcación en el tiempo, no en el espacio.
21.10
La relectura general de la obra confirmó esa teoría.
21.11
En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts’ui Pên, opta —simultáneamente— por todas.
21.12
Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan.
21.13
De ahí, las contradicciones de la novela.
21.14
Fang, digamos, tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta; Fang resuelve matarlo.
21.15
Naturalmente, hay varios desenlaces posibles: Fang puede matar al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etcétera.
21.16
En la obra de Ts’ui Pên, todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de partida de otras bifurcaciones.
21.17
Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen: por ejemplo, usted llega a esta casa, pero en uno de los pasados posibles usted es mi enemigo, en otro mi amigo.
21.18
Si se resigna usted a mi pronunciación incurable, leeremos unas páginas.

22.1
  Su rostro, en el vívido círculo de la lámpara, era sin duda el de un anciano, pero con algo inquebrantable y aún inmortal.
22.2
Leyó con lenta precisión dos redacciones de un mismo capítulo épico.
22.3
En la primera, un ejército marcha hacia una batalla a través de una montaña desierta; el horror de las piedras y de la sombra le hace menospreciar la vida y logra con facilidad la victoria; en la segunda, el mismo ejército atraviesa un palacio en el que hay una fiesta; la resplandeciente batalla les parece una continuación de la fiesta y logran la victoria.
22.4
Yo oía con decente veneración esas viejas ficciones, acaso menos admirables que el hecho de que las hubiera ideado mi sangre y de que un hombre de un imperio remoto me las restituyera, en el curso de una desesperada aventura, en una isla occidental.
22.5
Recuerdo las palabras finales, repetidas en cada redacción como un mandamiento secreto: Así combatieron los héroes, tranquilo el admirable corazón, violenta la espada, resignados a matar y a morir.

23.1
  Desde ese instante, sentí a mi alrededor y en mi oscuro cuerpo una invisible, intangible pululación.
23.2
No la pululación de los divergentes, paralelos y finalmente coalescentes ejércitos, sino una agitación más inaccesible, más íntima y que ellos de algún modo prefiguraban.
23.3
Stephen Albert prosiguió:

24.1
  —No creo que su ilustre antepasado jugara ociosamente a las variaciones.
24.2
No juzgo verosímil que sacrificara trece años a la infinita ejecución de un experimento retórico.
24.3
En su país, la novela es un género subalterno; en aquel tiempo era un género despreciable.
24.4
Ts’ui Pên fué un novelista genial, pero también fué un hombre de letras que sin duda no se consideró un mero novelista.
24.5
El testimonio de sus contemporáneos proclama —y harto lo confirma su vida— sus aficiones metafísicas, místicas.
24.6
La controversia filosófica usurpa buena parte de su novela.
24.7
Sé que de todos los problemas, ninguno lo inquietó y lo trabajó como el abismal problema del tiempo.
24.8
Ahora bien, ése es el único problema que no figura en las páginas del Jardín.
24.9
Ni siquiera usa la palabra que quiere decir tiempo.
24.10
¿Cómo se explica usted esa voluntaria omisión?

25.1
  Propuse varias soluciones; todas, insuficientes.
25.2
Las discutimos; al fin, Stephen Albert me dijo:

26.1
  —En una adivinanza cuyo tema es el ajedrez ¿cuál es la única palabra prohibida?
26.2
Reflexioné un momento y repuse:

27.1
  —La palabra ajedrez.

28.1
  —Precisamente, dijo Albert.
28.2
El jardín de senderos que se bifurcan es una enorme adivinanza, o parábola, cuyo tema es el tiempo; esa causa recóndita le prohibe la mención de su nombre.
28.3
Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas y a perífrasis evidentes, es quizá el modo más enfático de indicarla.
28.4
Es el modo tortuoso que prefirió, en cada uno de los meandros de su infatigable novela, el oblicuo Ts’ui Pên.
28.5
He confrontado centenares de manuscritos, he corregido los errores que la negligencia de los copistas ha introducido, he conjeturado el plan de ese caos, he restablecido, he creído restablecer, el orden primordial, he traducido la obra entera: me consta que no emplea una sola vez la palabra tiempo.
28.6
La explicación es obvia: El jardín de senderos que se bifurcan es una imagen incompleta, pero no falsa, del universo tal como lo concebía Ts’ui Pên.
28.7
A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme, absoluto.
28.8
Creía en infinitas series de tiempo, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos.
28.9
Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades.
28.10
No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos.
28.11
En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro usted al atravesar el jardín, mе ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma.

29.1
  —En todos, articulé no sin un temblor, yo agradezco y venero su recreación del jardín de Ts’ui Pên.

30.1
  —No en todos, murmuró con una sonrisa.
30.2
El tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros.
30.3
En uno de ellos soy su enemigo.

31.1
  Volví a sentir esa pululación de que hablé.
31.2
Me pareció que el húmedo jardín que rodeaba la casa estaba saturado hasta lo infinito de invisibles personas.
31.3
Esas personas eran Albert y yo, secretos, atareados y multiformes en otras dimensiones de tiempo.
31.4
Alcé los ojos y la tenue pesadilla se disipó.
31.5
En el amarillo y negro jardín había un solo hombre; pero ese hombre era fuerte como una estatua, pero ese hombre avanzaba por el sendero y era el capitán Richard Madden.

32.1
  —El porvenir ya existe, respondí, pero yo soy su amigo.
32.2
¿Puedo examinar de nuevo la carta?

33.1
  Albert se levantó.
33.2
Alto, abrió el cajón del alto escritorio; me dió por un momento la espalda.
33.3
Yo había preparado el revólver.
33.4
Disparé con sumo cuidado: Albert se desplomó sin una queja, inmediatamente.
33.5
Yo juro que su muerte fué instantánea: una fulminación.

34.1
  Lo demás es irreal, insignificante.
34.2
Madden irrumpió, me arrestó.
34.3
He sido condenado a la horca.
34.4
Abominablemente he vencido: he comunicado a Berlín el nombre secreto de la ciudad que deben atacar.
34.5
Ayer la bombardearon; lo leí en los mismos periódicos que propusieron a Inglaterra el enigma de que el sabio sinólogo Stephen Albert muriera asesinado por un desconocido, Yu Tsun.
34.6
El Jefe ha descifrado ese enigma.
34.7
Sabe que mi problema era indicar (a través del estrépito de la guerra) la ciudad que se llama Albert y que no hallé otro medio que matar a una persona de ese nombre.
34.8
No sabe (nadie puede saber) mi innumerable contrición y cansancio”.
EL JARDIN DE SENDEROS QUE SE BIFURCAN
A Victoria Ocampo

1.1
  En la página 252 de la Historia de la Guerra Europea de Liddell Hart, se lee que una ofensiva de trece divisiones británicas (apoyadas por mil cuatrocientas piezas de artillería) contra la línea Serre-Montauban había sido planeada para el veinticuatro de julio de 1916 y debió postergarse basta la mañana del día veintinueve.
1.2
Las lluvias torrenciales (anota el capitán Liddell Hart) provocaron esa demora —nada significativa, por cierto.
1.3
La siguiente declaración, dictada, releída y firmada por el doctor Yu Tsun, antiguo catedrático de inglés en la Hochschule de Tsingtao, arroja una insospechada luz sobre el caso.
1.4
Faltan las dos páginas iniciales.

2.1
  “... y colgué el tubo.
2.2
Inmediatamente después, reconocí la voz que había contestado en alemán.
2.3
Era la del capitán Richard Madden.
2.4
Madden, en el departamento de Viktor Runeberg, quería decir el fin de nuestros afanes y —pero eso parecía muy secundario, o debía parecérmelo— también de nuestras vidas.
2.5
Quería decir que Runeberg había sido arrestado, o asesinado.
1
Note: Hipótesis odiosa y estrafalaria. El espía prusiano Hans Rabener alias Viktor Runeberg agredió con una pistola automática al portador de la orden de arresto, capitán Richard Madden. Éste, en defensa propia, le causó heridas que determinaron su muerte. — (Nota del Editor).
2.6
Antes que declinara el sol de ese día, yo correría la misma suerte.
2.7
Madden era implacable.
2.8
Mejor dicho, estaba obligado a ser implacable.
2.9
Irlandés a las órdenes de Inglaterra, hombre acusado de tibieza y tal vez de traición ¿cómo no iba a abrazar y agradecer este milagroso favor: el descubrimiento, la captura, quizá la muerte, de dos agentes del Imperio Alemán?
2.10
Subí a mi cuarto; absurdamente cerré la puerta con llave y me tiré de espaldas en la estrecha cama de hierro.
2.11
En la ventana estaban los tejados de siempre y el sol nublado de las seis.
2.12
Me pareció increíble que ese día sin premoniciones ni símbolos fuera el de mi muerte implacable.
2.13
A pesar de mi padre muerto, a pesar de haber sido un niño en un simétrico jardín de Hai Feng ¿yo, ahora, iba a morir?
2.14
Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora.
2.15
Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí...
2.16
El casi intolerable recuerdo del rostro acaballado de Madden abolió esas divagaciones.
2.17
En mitad de mi odio y de mi terror (ahora no me importa hablar de terror: ahora que he burlado a Richard Madden, ahora que mi garganta anhela la cuerda) pensé que ese guerrero tumultuoso y sin duda feliz no sospechaba que yo poseía el Secreto.
2.18
El nombre del preciso lugar del nuevo parque de artillería británico sobre el Ancre.
2.19
Un pájaro rayó el cielo gris y ciegamente lo traduje en un aeroplano y a ese aeroplano en muchos (en el cielo francés) aniquilando el parque de artillería con bombas verticales.
2.20
Si mi boca, antes que la deshiciera un balazo, pudiera gritar ese nombre de modo que lo oyeran en Alemania...
2.21
Mi voz humana era muy pobre.
2.22
¿Cómo hacerla llegar al oído del Jefe?
2.23
Al oído de aquel hombre enfermo y odioso, que no sabía de Runeberg y de mí sino que estábamos en Staffordshire y que en vano esperaba noticias nuestras en su árida oficina de Berlín, examinando infinitamente periódicos...
2.24
Dije en voz alta: Debo huir.
2.25
Me incorporé sin ruido, en una inútil perfección de silencio, como si Madden ya estuviera acechándome.
2.26
Algo —tal vez la mera ostentación de probar que mis recursos eran nulos– me hizo revisar mis bolsillos.
2.27
Encontré lo que sabía que iba a encontrar.
2.28
El reloj norteamericano, la cadena de níquel y la moneda cuadrangular, el llavero con las comprometedoras llaves inútiles del departamento de Runeberg, la libreta, una carta que resolví destruir inmediatamente (y que no destruí), una corona, dos chelines y unos peniques, el lápiz rojo-azul, el pañuelo, el revólver con una bala.
2.29
Absurdamente lo empuñé y sopesé para darme valor.
2.30
Vagamente pensé que un pistoletazo puede oírse muy lejos.
2.31
En diez minutos mi plan estaba maduro.
2.32
La guía telefónica me dió el nombre de la única persona capaz de transmitir la noticia: vivía en un suburbio de Fenton, a menos de media hora de tren.

3.1
  Soy un hombre cobarde.
3.2
Ahora lo digo, ahora que he llevado a término un plan que nadie no calificara de arriesgado.
3.3
Yo sé que fué terrible su ejecución.
3.4
No lo hice por Alemania, no.
3.5
Nada me importa un país bárbaro, que me ha obligado a la abyección de ser un espía.
3.6
Además, yo sé de un hombre de Inglaterra —un hombre modesto— que para mí no es menos que Goethe.
3.7
Arriba de una hora no hablé con él, pero durante una hora fué Goethe...
3.8
Lo hice, porque yo sentía que el Jefe tenía en poco a los de mi raza— a los innumerables antepasados que confluyen en mí.
3.9
Yo quería probarle que un amarillo podía salvar a sus ejércitos.
3.10
Además, yo debía huir del capitán.
3.11
Sus manos y su voz podían golpear en cualquier momento a mi puerta.
3.12
Me vestí sin ruido, me dije adiós en espejo, bajé, escudriñé la calle tranquila y salí.
3.13
La estación no distaba mucho de casa, pero juzgué preferible tomar un coche.
3.14
Argüí que así corría menos peligro de ser reconocido; el hecho es que en la calle desierta me sentía visible y vulnerable, infinitamente.
3.15
Recuerdo que le dije al cochero que se detuviera un poco antes de la entrada central.
3.16
Bajé con lentitud voluntaria y casi penosa; iba a la aldea de Ashgrove, pero saqué un pasaje para una estación más lejana.
3.17
El tren salía dentro de muy pocos minutos, a las ocho y cincuenta.
3.18
Me apresuré; el próximo saldría a las nueve y media.
3.19
No había casi nadie en el andén.
3.20
Recorrí los coches: recuerdo unos labradores, una enlutada, un joven que leía con fervor los Anales de Tácito, un soldado herido y feliz.
3.21
Los coches arrancaron al fin.
3.22
Un hombre que reconocí corrió en vano hasta el límite del andén.
3.23
Era el capitán Richard Madden.
3.24
Aniquilado, trémulo, me encogí en la otra punta del sillón, lejos del temido cristal.

4.1
  De esa aniquilación pasé a una felicidad casi abyecta.
4.2
Me dije que ya estaba empeñado mi duelo y que yо había ganado el primer asalto, al burlar, siquiera por cuarenta minutos, siquiera por un favor del azar, el ataque de mi adversario.
4.3
Argüí que esa victoria mínima prefiguraba la victoria total.
4.4
Argüí que no era mínima, ya que sin esa diferencia preciosa que el horario de trenes me deparaba, yo estaría en la cárcel, o muerto.
4.5
Argüí (no menos sofísticamente) que mi felicidad cobarde probaba que yo era hombre capaz de llevar a buen término la aventura.
4.6
De esa debilidad saqué fuerzas que no me abandonaron.
4.7
Preveo que el hombre se resignará cada día a empresas más atroces; pronto no habrá sino guerreros y bandoleros; les doy este consejo: El ejecutor de una empresa atroz debe imaginar que ya la ha cumplido, debe imponerse un porvenir que sea irrevocable como el pasado.
4.8
Así procedí yo, mientras mis ojos de hombre ya muerto registraban la fluencia de aquel día que era tal vez el último, y la difusión de la noche.
4.9
El tren corría con dulzura, entre fresnos.
4.10
Se detuvo, casi en medio del campo.
4.11
Nadie gritó el nombre de la estación.
4.12
¿Ashgrove? les pregunté a unos chicos en el andén.
4.13
Ashgrove, contestaron.
4.15
Bajé.

5.1
  Una lampara ilustraba el andén, pero las caras de los niños quedaban en la zona de sombra.
5.2
Uno me interrogó: ¿Vd. va a casa del doctor Stephen Albert?
5.3
Sin aguardar contestación, otro dijo: La casa queda lejos de aquí, pero Vd. no se perderá si toma ese camino a la izquierda y en cada encrucijada del camino dobla a la izquierda.
5.4
Les arrojé una moneda (la última), bajé unos escalones de piedra y entré en el solitario camino.
5.5
Éste, lentamente, bajaba.
5.6
Era de tierra elemental, arriba se confundían las ramas, la luna baja y circular parecía acompañarme.

6.1
  Por un instante, pensé que Richard Madden había penetrado de algún modo mi desesperado propósito.
6.2
Muy pronto comprendí que eso era imposible.
6.3
El consejo de siempre doblar a la izquierda me recordó que tal era el procedimiento común para descubrir el patio central de ciertos laberintos.
6.4
Algo entiendo de laberintos: no en vano soy bisnieto de aquel Ts’ui Pên, que fué gobernador de Yunnan y que renunció al poder temporal para escribir una novela que fuera todavía más populosa que el Hung Lu Meng y para edificar un laberinto en el que se perdieran todos los hombres.
6.5
Trece años dedicó a esas heterogéneas fatigas, pero la mano de un forastero lo asesinó y su novela era insensata y nadie encontró el laberinto.
6.6
Bajo árboles ingleses medité en ese laberinto perdido: lo imaginé inviolado y perfecto en la cumbre secreta de una montaña, lo imaginé borrado por arrozales o debajo del agua, lo imaginé infinito, no ya de quioscos ochavados y de sendas que vuelven, sino de ríos y provincias y reinos...
6.7
Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir y que implicara de algún modo los astros.
6.8
Absorto en esas ilusorias imágenes, olvidé mi destino de perseguido.
6.9
Me sentí, por un tiempo indeterminado, percibidor abstracto del mundo.
6.10
El vago y vivo campo, la luna, los restos de la tarde, obraron en mí; asimismo el declive que eliminaba cualquier posibilidad de cansancio.
6.11
La tarde era íntima, infinita.
6.12
El camino bajaba y se bifurcaba, entre las ya confusas praderas.
6.13
Una música aguda y como silábica se aproximaba y se alejaba en el vaivén del viento, empañada de hojas y de distancia.
6.14
Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes.
6.15
Llegué, así, a un alto portón herrumbrado.
6.16
Entre las rejas descifré una alameda y una especie de pabellón.
6.17
Comprendí, de pronto, dos cosas, la primera trivial, la segunda casi increíble: la música venía del pabellón, la música era china.
6.18
Por eso, yo la había aceptado con plenitud, sin prestarle atención.
6.19
No recuerdo si había una campana o un timbre o si llamé golpeando las manos.
6.20
El chisporroteo de la música prosiguió.

7.1
  Pero del fondo de la íntima casa un farol se acercaba: un farol que rayaban y a ratos anulaban los troncos, un farol de papel, que tenía la forma de los tambores y el color de la luna.
7.2
Lo traía un hombre alto.
7.3
No vi su rostro, porque me cegaba la luz.
7.4
Abrió el portón y dijo lentamente en mi idioma:
  —Veo que el piadoso Hsi P’êng se empeña en corregir mi soledad.
7.5
¿Usted sin duda querrá ver el jardín?

8.1
  Reconocí el nombre de unos de nuestros cónsules y repetí desconcertado: —¿El jardín?

9.1
 —El jardín de senderos que se bifurcan.

10.1
  Algo se agitó en mi recuerdo y pronuncié con incomprensible seguridad: —El jardín de mi antepasado Ts’ui Pên.

11.1
  —¿Su antepasado?
11.2
¿Su ilustre antepasado?
11.3
Adelante.

12.1
  El húmedo sendero zigzagueaba como los de mi infancia.
12.2
Llegamos a una biblioteca de libros orientales y occidentales.
12.3
Reconocí, encuadernados en seda amarilla, algunos tomos manuscritos de la Enciclopedia Perdida que dirigió el Tercer Emperador de la Dinastía Luminosa y que no se dió nunca a la imprenta.
12.4
El disco del gramófono giraba junto a un fénix de bronce.
12.5
Recuerdo también un jarrón de la familia rosa y otro, anterior de muchos siglos, de ese color azul que nuestros artífices copiaron de los alfareros de Persia...

13.1
  Stephen Albert me observaba, sonriente.
13.2
Era (ya lo dije) muy alto, de rasgos afilados, de ojos grises y barba gris.
13.3
Algo de sacerdote había en él y también de marino; después me refirió que había sido misionero en Tientsin “antes de aspirar a sinólogo”.

14.1
  Nos sentamos; yo en un largo y bajo diván; él de espaldas a la ventana y a un alto reloj circular.
14.2
Computé que antes de una hora no llegaría mi perseguidor, Richard Madden.
14.3
Mi determinación irrevocable podía esperar.

15.1
  —Asombroso destino el de Ts’ui Pên, dijo Stephen Albert.
15.2
Gobernador de su provincia natal, docto en astronomía, en astrología y en la interpretación infatigable de los libros canónicos, ajedrecista, famoso poeta y calígrafo: todo lo abandonó para componer un libro y un laberinto.
15.3
Renunció a los placeres de la opresión, de la justicia, del numeroso lecho, de los banquetes y aún de la erudición y se enclaustró durante trece años en el Pabellón de la Límpida Soledad.
15.4
A su muerte, los herederos no encontraron sino manuscritos caóticos.
15.5
La familia, como usted acaso no ignora, quiso adjudicarlos al fuego; pero su albacea —un monje taoísta o budista— insistió en la publicación.

16.1
  —Los de la sangre de Ts’ui Pên, repliqué, seguimos execrando a ese monje.
16.2
Esa publicación fué insensata.
16.3
El libro es un acervo indeciso de borradores contradictorios.
16.4
Lo he examinado alguna vez: en el tercer capítulo muere el héroe, en el cuarto está vivo.
16.5
En cuanto a la otra empresa de Ts’ui Pên, a su Laberinto...

17.1
  —Aquí está el Laberinto, dijo indicándome un alto escritorio laqueado.

18.1
  —¡Un laberinto de marfil! exclamé.
18.2
Un laberinto mínimo...

19.1
  —Un laberinto de símbolos, corrigió.
19.2
Un invisible laberinto de tiempo.
19.3
A mí, bárbaro inglés, me ha sido deparado revelar ese misterio diáfano.
19.4
Al cabo de más de cien años, los pormenores son irrecuperables, pero no es difícil conjeturar lo que sucedió.
19.5
Ts’ui Pên diría una vez: Me retiro a escribir un libro.
19.6
Y otra: Me retiro a construir un laberinto.
19.7
Todos imaginaron dos obras; nadie pensó que libro y laberinto eran un solo objeto.
19.8
El Pabellón de la Límpida Soledad se erguía en el centro de un jardín tal vez intrincado; el hecho puede haber sugerido a los hombres un laberinto físico.
19.9
Ts’ui Pên murió; nadie, en las dilatadas tierras que fueron suyas, dió con el laberinto; la confusión de la novela me sugirió que ése era el laberinto.
19.10
Dos circunstancias me dieron la recta solución del problema.
19.11
Una: la curiosa leyenda de que Ts’ui Pên se había propuesto un laberinto que fuera estrictamente infinito.
19.12
Otra: un fragmento de una carta que descubrí.

20.1
  Albert se levantó.
20.2
Me dió, por unos instantes, la espalda; abrió un cajón del áureo y renegrido escritorio.
20.3
Volvió con un papel antes carmesí; ahora rosado y tenue y cuadriculado.
20.4
Era justo el renombre caligráfico de Ts’ui Pên.
20.5
Leí con incomprensión y fervor estas palabras que con minucioso pincel redactó un hombre de mi sangre: Dejo а los varios porvenires (no a todos) mi jardín de senderos que se bifurcan.
20.6
Devolví en silencio la hoja.
20.7
Albert prosiguió:

21.1
  —Antes de exhumar esta carta, yo me había preguntado de qué manera un libro puede ser infinito.
21.2
No conjeturé otro procedimiento que el de un volumen cíclico, circular.
21.3
Un volumen cuya última página fuera idéntica a la primera, con posibilidad de continuar indefinidamente.
21.4
Recordé también esa noche que está en el centro de las 1001 Noches, cuando la reina Shahrazad (por una mágica distracción del copista) se pone a referir textualmente la historia de las 1001 Noches, con riesgo de llegar otra vez a la noche en que la refiere, y así hasta lo infinito.
21.5
Imaginé también una obra platónica, hereditaria, trasmitida de padre a hijo, en la que cada nuevo individuo agregara un capítulo o corrigiera con piadoso cuidado la página de los mayores.
21.6
Esas conjeturas me distrajeron; pero ninguna parecía corresponder, siquiera de un modo remoto, a los contradictorios capítulos de Ts’ui Pên.
21.7
En esa perplejidad, me remitieron de Oxford el manuscrito que usted ha examinado.
21.8
Me detuve, como es natural, en la frase: Dejo a los varios porvenires (no a todos) mi jardín de senderos que se bifurcan.
21.9
Casi en el acto comprendí; el jardín de senderos que se bifurcan era la novela caótica; la frase varios porvenires (no a todos) me sugirió la imagen de la bifurcación en el tiempo, no en el espacio.
21.10
La relectura general de la obra confirmó esa teoría.
21.11
En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts’ui Pên, opta —simultáneamente— por todas.
21.12
Crea , así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan.
21.13
De ahí, las contradicciones de la novela.
21.14
Fang, digamos, tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta; Fang resuelve matarlo.
21.15
Naturalmente, hay varios desenlaces posibles: Fang puede matar al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etcétera.
21.16
En la obra de Ts’ui Pên, todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de partida de otras bifurcaciones.
21.17
Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen: por ejemplo, usted llega a esta casa, pero en uno de los pasados posibles usted es mi enemigo, en otro mi amigo.
21.18
Si se resigna usted a mi pronunciación incurable, leeremos unas páginas.

22.1
  Su rostro, en el vívido círculo de la lámpara, era sin duda el de un anciano, pero con algo inquebrantable y aún inmortal.
22.2
Leyó con lenta precisión dos redacciones de un mismo capítulo épico.
22.3
En la primera, un ejército marcha hacia una batalla a través de una montaña desierta; el horror de las piedras y de la sombra le hace menospreciar la vida y logra con facilidad la victoria; en la segunda, el mismo ejército atraviesa un palacio en el que hay una fiesta; la resplandeciente batalla les parece una continuación de la fiesta y logran la victoria.
22.4
Yo oía con decente veneración esas viejas ficciones, acaso menos admirables que el hecho de que las hubiera ideado mi sangre y de que un hombre de un imperio remoto me las restituyera, en el curso de una desesperada aventura, en una isla occidental.
22.5
Recuerdo las palabras finales, repetidas en cada redacción como un mandamiento secreto: Así combatieron los héroes, tranquilo el admirable corazón, violenta la espada, resignados a matar y a morir.

23.1
  Desde ese instante, sentí a mi alrededor y en mi oscuro cuerpo una invisible, intangible pululación.
23.2
No la pululación de los divergentes, paralelos y finalmente coalescentes ejércitos, sino una agitación más inaccesible, más íntima y que ellos de algún modo prefiguraban.
23.3
Stephen Albert prosiguió:

24.1
  —No creo que su ilustre antepasado jugara ociosamente a las variaciones.
24.2
No juzgo verosímil que sacrificara trece años a la infinita ejecución de un experimento retórico.
24.3
En su país, la novela es un género subalterno; en aquel tiempo era un género despreciable.
24.4
Ts’ui Pên fué un novelista genial, pero también fué un hombre de letras que sin duda no se consideró un mero novelista.
24.5
El testimonio de sus contemporáneos proclama —y harto lo confirma su vida— sus aficiones metafísicas, místicas.
24.6
La controversia filosófica usurpa buena parte de su novela.
24.7
Sé que de todos los problemas, ninguno lo inquietó y lo trabajó como el abismal problema del tiempo.
24.8
Ahora bien, ése es el único problema que no figura en las páginas del Jardín.
24.9
Ni siquiera usa la palabra que quiere decir tiempo.
24.10
¿Cómo se explica usted esa voluntaria omisión?

25.1
  Propuse varias soluciones; todas, insuficientes.
25.2
Las discutimos; al fin, Stephen Albert me dijo:

26.1
  —En una adivinanza cuyo tema es el ajedrez ¿cuál es la única palabra prohibida?
26.2
Reflexioné un momento y repuse:

27.1
  —La palabra ajedrez.

28.1
  —Precisamente, dijo Albert.
28.2
El jardín de senderos que se bifurcan es una enorme adivinanza, o parábola, cuyo tema es el tiempo; esa causa recóndita le prohibe la mención de su nombre.
28.3
Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas y a perífrasis evidentes, es quizá el modo más enfático de indicarla.
28.4
Es el modo tortuoso que prefirió, en cada uno de los meandros de su infatigable novela, el oblicuo Ts’ui Pên.
28.5
He confrontado centenares de manuscritos, he corregido los errores que la negligencia de los copistas ha introducido, he conjeturado el plan de ese caos, he restablecido, he creído restablecer, el orden primordial, he traducido la obra entera: me consta que no emplea una sola vez la palabra tiempo.
28.6
La explicación es obvia: El jardín de senderos que se bifurcan es una imagen incompleta, pero no falsa, del universo tal como lo concebía Ts’ui Pên.
28.7
A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme, absoluto.
28.8
Creía en infinitas series de tiempo, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos.
28.9
Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades.
28.10
No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos.
28.11
En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, mе ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma.

29.1
  —En todos, articulé no sin un temblor, yo agradezco y venero su recreación del jardín de Ts’ui Pên.

30.1
  —No en todos, murmuró con una sonrisa.
30.2
El tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros.
30.3
En uno de ellos soy su enemigo.

31.1
  Volví a sentir esa pululación de que hablé.
31.2
Me pareció que el húmedo jardín que rodeaba la casa estaba saturado hasta lo infinito de invisibles personas.
31.3
Esas personas eran Albert y yo, secretos, atareados y multiformes en otras dimensiones de tiempo.
31.4
Alcé los ojos y la tenue pesadilla se disipó.
31.5
En el amarillo y negro jardín había un solo hombre; pero ese hombre era fuerte como una estatua, pero ese hombre avanzaba por el sendero y era el capitán Richard Madden.

32.1
  —El porvenir ya existe, respondí, pero yo soy su amigo.
32.2
¿Puedo examinar de nuevo la carta?

33.1
  Albert se levantó.
33.2
Alto, abrió el cajón del alto escritorio; me dió por un momento la espalda.
33.3
Yo había preparado el revólver.
33.4
Disparé con sumo cuidado: Albert se desplomó sin una queja, inmediatamente.
33.5
Yo juro que su muerte fué instantánea: una fulminación.

34.1
  Lo demás es irreal, insignificante.
34.2
Madden irrumpió, me arrestó.
34.3
He sido condenado a la horca.
34.4
Abominablemente he vencido: he comunicado a Berlín el nombre secreto de la ciudad que deben atacar.
34.5
Ayer la bombardearon; lo leí en los mismos periódicos que propusieron a Inglaterra el enigma de que el sabio sinólogo Stephen Albert muriera asesinado por un desconocido, Yu Tsun.
34.6
El Jefe ha descifrado ese enigma.
34.7
Sabe que mi problema era indicar (a través del estrépito de la guerra) la ciudad que se llama Albert y que no hallé otro medio que matar a una persona de ese nombre.
34.8
No sabe (nadie puede saber) mi innumerable contrición y cansancio”.
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